Quiebraventanas reincidentes acumulan tres causas por robo y receptación

El sistema de gestión de casos de la Fiscalía de Turno Extraordinario del I Circuito Judicial de San José confirmó que ambos sujetos, de apellidos Ortiz Ortiz (27 años) y Díaz Carvajal (26 años), tienen tres expedientes abiertos: por hurto, receptación y robo con violencia sobre las personas.

Una vez que se les tomó declaración indagatoria en cada expediente se determinó que, por ahora, “pueden seguir el proceso judicial sin necesidad de cumplir medidas cautelares”. Es decir, quedaron en libertad.

Las primeras dos causas fueron remitidas a la Unidad de Trámite Rápido, mientras que la tercera fue enviada a la Fiscalía de Hatillo. Estas entidades continuarán con las diligencias de investigación correspondientes. Se trata de los expedientes N.° 23-000612-1275-PE; N.° 23-000597-1275-PE y N.° 23-000598-1275-PE.

Los detendrán cada vez que ataquen

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De acuerdo con el jefe regional de la Fuerza Pública de San José, Rodrigo Alfaro, en el segundo delito, Ortiz y Díaz escaparon en motocicleta. Los oficiales de la Fuerza Pública los persiguieron y lograron interceptarlos y recuperar un celular robado.

Aunque la Fiscalía argumentó que los sujetos pueden someterse al proceso sin riesgo de fuga, Alfaro dijo que respeta la decisión judicial pero sin compartirla, pues opina que deberían estar en prisión preventiva, especialmente por su historial de reincidencia.

El jefe policial señaló que seguirán trabajando y haciendo todo lo necesario para contenerlos, como ocurre en casos similares con delincuentes organizados en el centro de San José, que cometen robos, cadenazos y hurtos a diario.

A veces usan la fuerza

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Respecto a los quiebraventanas, Alfaro afirmó que estos delincuentes, en su mayoría, actúan sin usar la fuerza, pero si ven objetos valiosos dentro de los vehículos, recurren a la violencia para romper las ventanas.

Generalmente aprovechan situaciones donde las ventanas están abiertas y hay objetos como bolsos, celulares, equipos fotográficos o computadoras en el asiento o en el tablero. Actúan tanto en motocicletas como a pie, introduciendo sus manos o parte de su cuerpo en el vehículo para robar y escapar a pie por calles cercanas o en moto con un cómplice, sabiendo que la víctima está atrapada en el tráfico y no puede reaccionar de inmediato.

Si bien no se detalló quiénes fueron las víctimas de los casos recientes, en los últimos años ha habido un aumento de denuncias por parte de conductores de plataformas de transporte, cuyos choferes suelen usar sus celulares en el tablero para seguir la ruta en la aplicación Waze. Los delincuentes aprovechan eso y, en cuanto el carro se detiene, sustraen los teléfonos.

Desde 2021, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó sobre un incremento en las denuncias por robos a conductores de estas plataformas, especialmente en el tramo desde el puente cerca de Plaza América en Hatillo 4 hasta el Monumento al Agua en La Uruca, que abarca unos 5,8 kilómetros.

A lo largo de este tramo es común que ocurran los robos, a pesar de las vigilancias realizadas por la Fuerza Pública en motocicletas y bicicletas.

En la actualidad la situación podría empeorar con la construcción del paso elevado en Hatillo 4, que busca eliminar los semáforos en la circunvalación (Ruta N.° 39). Para ello se tuvo que habilitar las calles marginales en ese tramo y eso genera tránsito lento en las horas pico.

Rápidos y analíticos

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Cuando los hampones usan moto, el que va atrás desciende, observa los carros y aprovecha cualquier oportunidad para cometer el robo y escapar junto con su cómplice. Suelen operar en las tardes y al principio de la noche. Rara vez están armados, pero prefieren utilizar objetos contundentes para romper las ventanas.

Son rápidos y siempre estudian a los conductores que transitan por la zona. Atacan principalmente a quienes viajan solos y están distraídos. Las horas preferidas son de 4 p. m. a 7 p.m., cuando las personas salen de trabajar.

Suelen estar cerca de áreas con vegetación, donde uno vigila que no haya presencia policial mientras el otro comete el delito.

Rodrigo Alfaro insistió en que los conductores eviten dejar objetos a la vista. Recomendó guardar pertenencias en la cajuela, debajo de los asientos o en compartimentos seguros.

A su juicio, los delincuentes confían en la impunidad, pues se la juegan a no ser detenidos, o quedar libres pocas horas después. Además, si son condenados a menos de cuatro años (como es usual por tratarse de un delito menor) pueden recibir una ejecución condicional de la pena, evitando la prisión.

Penas son ínfimas

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De acuerdo con Asdrúbal Montero Chacón, fiscal de flagrancia del I Circuito Judicial de San José, el Código Penal dispone penas de un mes a tres años para los delitos de hurto, de modo que la persona no pone un pie en la cárcel, porque generalmente se le otorga el beneficio de ejecución condicional de la pena, que se aplica cuando la sentencia es menor a tres años.

La reincidencia, según el Código Procesal Penal, se aplica solo si la persona detenida se ha sometido al menos en dos ocasiones, a procesos penales en los que medie violencia contra las personas o fuerza sobre las cosas, en los cuales se hayan formulado acusación y solicitud de apertura a juicio por parte del Ministerio Público, caso contrario se habla de una continuidad delictiva, que tiene menos peso.

De igual forma desde junio del 2016 rige la Reforma a la Ley de Registro y Archivos Judiciales (N.° 9361) conocida como “derecho al olvido”, que en el artículo 11 prevé que las personas condenadas a menos de tres años se les borra la sanción inmediatamente después de cumplida la condena impuesta, lo que complica mucho el alegato de reincidencia.

Otra complicación en estos casos es que la Ley de Flagrancia solo se aplica para un único caso, de modo que cuando hay continuidad delictiva y el fiscal a cargo lo tramita así ante un juez, provoca que el caso se vaya a la vía ordinaria y eso retrasa todo y va contra el principio de flagrancia que busca darle una respuesta rápida a la persona ofendida y que en menos de mes y medio se juzgue a los responsables, aunque al final la pena sea generalmente de 30 días y se borre del expediente al ser completada.

Montero explicó que en la Fiscalía de Flagrancia de San José, todas las semanas reciben casos de personas que se apropian de celulares, o que hurtan perfumes en tiendas o atunes en supermercados y quedan grabados en cámaras de seguridad, “es el diario vivir para nosotros” expresó.

Dependiendo de la cuantía de lo hurtado, se les presenta al Juzgado, pero con solo el hecho de que tengan domicilio fijo o un trabajo estable, quedan libres. Lo que alegan los detenidos de forma más recurrente es que trabajan como vendedores ambulantes.

En casos como los de quiebraventanas en moto, cuando se comprueba que vehículo decomisado tiene que ver directamente con el delito, se solicita el comiso respectivo, pero generalmente están a nombre de otras personas, las cuales alegan que de buena fe se los alquilaron para trabajar y que desconocían que fuera usado en acciones delictivas. Siendo así se les devuelve con la advertencia de que el vehículo está en depósito provisional, por lo que no puede venderlo mientras esté relacionado con el proceso judicial.

Montero dijo que el objetivo de la Fiscalía de Flagrancia es sentar la responsabilidad penal. En caso de que la persona quede con algún beneficio y reincida, buscarán que se le revoque dicho beneficio.

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