Ensañamiento: “Circunstancia agravante de la responsabilidad criminal que consiste en aumentar inhumanamente y de forma deliberada el sufrimiento de la víctima, causándole padecimientos innecesarios para la comisión del delito”, describe la Real Academia Española (RAE) en su actualización del 2021. Esa condición es precisamente la que destaca en el asesinato de dos hermanos siquirreños, quienes almorzaron en un restaurante en Búfalo de Liverpool, Limón, este jueves, y al salir y montarse a su vehículo fueron acribillados a balazos por desconocidos que viajaban a bordo de otro automóvil.
La Policía Judicial identificó a las víctimas como Alfredo Alberto Santamaría Brenes (34 años) y Miguel Abel Santamaría Rodríguez (26), vecinos de la Alegría de Siquirres, también en la provincia caribeña. Ambos recibieron múltiples balazos en diversas partes del cuerpo, pero la cantidad exactas de heridas se confirmará con la autopsia.
De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el sitio se recolectaron casquillos de fusil de asalto AK–47, así como de pistola calibre nueve milímetros. Estos serán analizados por los expertos en los próximos días. De los gatilleros no hay rastro, escaparon rápidamente después del ataque y ni siquiera trascendieron características del carro en el que viajaban, lo cierto es que los agentes judiciales buscan pistas para identificarlos y dar con su paradero.
Hasta ahora tampoco se conoce el móvil del violento crimen, pero por la dinámica de los hechos se presume que se trata de un ajuste de cuentas; sin embargo, el motivo de este es el que permanece en indagación por parte de las autoridades judiciales.
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Los hermanos Santamaría no registran causas en el sistema del Poder Judicial y su nombre nunca ha figurado en medios de comunicación o boletines de prensa. El carro en el que viajaban, un Toyota Echo año 2003, está a nombre de Miguel, quien también tiene a registrada una moto y una propiedad de 15.257 metros cuadrados en la Alegría. Alfredo, por su parte, no cuenta con vehículos, pero sí con un terreno de 5.000 metros cuadrados en el mismo distrito que su hermano.
Ambos aparecen como parte de Inversiones Santamaría Dondi J.O.S.A. Sociedad Anónima, que según la página del Registro Nacional tiene como objetivo el “comercio”, específicamente, con la facultad de “vender, hipotecar, pignorar y disponer de bienes y derechos, así como el otorgamiento de fianzas y garantías reales y personales”. Alfredo figura como presidente y Miguel como fiscal.
Además de esa sociedad, el mayor de los Santamaría también aparece como gerente de Los Manantiales de Turrialba Limitada, que se dedica a “negocios agrícolas, comerciales, ganaderos e industriales”. También “podrá vender, comprar o adquirir toda clase de bienes muebles e inmuebles o toda clase de contratos permitidos por la ley”, indica su objeto en el Registro Nacional.
Su vida personal
Ninguno de los fallecidos estaba casado, pero ambos tienen hijas. Alfredo es padre de una niña de 7 años y Miguel de dos, una de 7 y otra de 1 año. Toda su familia es de Siquirres, pero su padre falleció en ese cantón limonense a finales de marzo del 2006.
Una nota del desaparecido periódico Al Día precisa que don Sigifredo Santamaría Pearson, entonces de 52 años, estaba limpiando el tendido eléctrico cuando se electrocutó. “Optó por cortar otra rama que le estorbaba y esta fue la que pegó en el cable de alta tensión que lo mató”, precisa la información publicada por el diario el 31 de marzo del 2006.
Otros crímenes en el Caribe
El homicidio de estos hermanos no es el único que se registró en el Caribe este jueves. A las 7:40 p. m. el peluquero Irwin Enrique Solano Martínez, de 24 años, se encontraba en vía pública, en Batán de Matina, y fue baleado en varias ocasiones por dos sujetos que viajaban a bordo de una motocicleta.
Aún con vida, Solano fue trasladado a la clínica de Batán, pero debido a las heridas que registraba murió poco después de su ingreso. De momento, las causas del asesinato están en investigación, con el fin de esclarecer los hechos e identificar a los responsables, quienes escaparon luego del ataque.
La misma noche del jueves, Greivin Sleyter Alvarado Angulo, también de 24 años, fue apuñalado en medio de una riña con otro sujeto, precisó el OIJ. Aunque el sospechoso se dio a la fuga, las autoridades indicaron que “está plenamente identificado”, por lo que trabajan en dar con su paradero.
El muchacho estuvo en el Centro de Atención Institucional (CAI) Limón, según consta en la página del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), donde se registra como domicilio electoral ese centro carcelario. No obstante, se desconoce el delito que lo llevó a prisión.
Violencia en la zona
Desde noviembre del 2021, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) anunció operativos indefinidos en Sarapiquí, Heredia; así como en Pococí, Guácimo y Siquirres, Limón, debido a un enfrentamiento por plazas para la venta de droga entre las bandas dirigidas por Alejandro Arias Monge, conocido como Diablo, y otro sujeto, de apellidos Moreno Borbón, alias Pechuga.
En aquel momento el ministro de Seguridad, Michael Soto Rojas, destacó que la forma en cómo demuestran su poderío ambos sujetos es brutal y hasta desmedido ya que, dijo, entre las víctimas hay personas decapitadas y calcinadas. Inclusive, señaló, que miembros de estas organizaciones criminales ponen el precio de la cabeza de sus rivales en redes sociales, en donde ofrecen entre ¢500.000 y ¢800.000. Lo más lamentable para el jerarca es que en estas guerras, generalmente, participan personas jóvenes, quienes “piensan que encontraron el camino o ruta de su vida en el narcotráfico”.
“Es una situación que nos parece absurda, tonta (...). Pero, en vista de ello, decidimos empezar en conjunto alguna operación policial para evitar estas acciones y tratar de retomar la calma, principalmente, para los vecinos”, dijo el ministro a finales del año pasado.
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