“Por algún motivo he empezado a ver la serie de Luis Miguel en Netflix y, maldita sea, me he enganchado. A priori, tenía todas las papeletas para no llamar en absoluto mi atención. Y entonces vi a Óscar Jaenada haciendo de Luisito Rey...” escribió la prestigiosa columnista Celia Cuervo, de la revista española Bazaar.
Celia define en un párrafo lo que quizá nos pasó a miles que conformamos esa audiencia gigantesca que logró Luis Miguel, la serie, coproducida entre Telemundo y Netfix y que se volvió un fenómeno que consumió a todo el continente y también a varios países de Europa.
Y sí, aunque Diego Boneta y los otros dos “Luis Miguel” –el niño y el adolescente– se llevaron las palmas y la admiración, fue Luisito Rey, el tremendo villano de la historia quien provocó un extraño ensoñamiento –y también ensañamiento– por parte de las audiencias.
Pero fue en realidad la magistral actuación del actor español Óscar Jaenada lo que eclipsó la producción, la fuerza de su interpretación, sus patanerías, su audacia, astucia, matonismo, manipulación, brillantez, inteligencia y pecaminosos o peligrosos vicios que él hacía ver como algo normal: jamás habíamos visto a alguien curarse una resaca a primera hora mojando pan dulce en el whisky, a manera de desayuno.
“Desde el primer capítulo me odian, pero también me dicen que no pueden apartar la mirada. Eso es interesante. Mi trabajo en este caso, como el de cualquier actor que quiere interpretar un buen malvado, es que al final caigan bien, que el público empatice con el perverso”.
Alejado y en ‘detox’
El medio argentino Teleshow fue uno de los pocos que ha logrado una entrevista (telefónica) reciente con Jaenada en la que, entre otras confesiones, dijo no haber visto aún el último episodio de la serie, que se transmitió el domingo 15 de julio en medio de una increíble parafernalia en redes sociales y hasta en eventos que reunieron a fans de hueso colorado para ver el cierre en pantalla gigante, con concierto incluido y todo. Así ocurrió en varios lugares de Argentina, Colombia y México, incluso en Costa Rica.
Es imposible hacer la lectura sin leer las respuestas con el acento y la fuerza de la voz del Luisito Rey que nos presentó Óscar Jaenada durante toda la serie. Y también se infiere que tiene un fuerte carácter, como cuando la periodista le preguntó hábilmente al final (por aquello de que Luisito, digo, Jaenada, se cabreara) qué cómo andaba con el tema del amor.
Efectivamente, Óscar hizo un típico Luisito con la respuesta:
—¿El amor?
—Solo hablo de mis cosas artísticas, es para lo que concedo entrevistas.
—Disculpe, era solo una curiosidad…
—No, no, lo que pasa es que no esperaba esa pregunta, no espero preguntas así.
Fue en esta entrevista en la que confesó estar en un pequeño pueblo donde tiene su casa escondida, para recuperarse. “Utilizando mis zapatos, que también me hacía falta”, insistió.
Hay que decirlo, antes de Luis Miguel, la serie, ni Luisito Rey ni Óscar Jaenada eran conocidos masivamente.
Luisito Rey sonó con algunas canciones en los años 70 y pocas se quedaron en la memoria colectiva. Fallecido en 1993 de una enfermedad “mala” –como se dijo en la serie, por lo que hubo especulaciones de que habría muerto de cirrosis o sida– todos estos años se le ha mencionado meramente como “el papá de Luis Miguel”.
Jaenada, por su parte, tiene un impresionante prontuario de películas a su haber: unas 40, en los cinco continentes, incluida la que filmó en Costa Rica en 2012, The Librarians, la que coprotagonizó con la oscarizada Marcia Gay Harden.
Un Cantinflas ¿español?
En el 2013 fue elegido para interpretar al legendario cómico mexicano Cantinflas, una decisión que provocó meses de polémica, pues sobraron las críticas sobre cómo iba un español a caracterizar a un mexicano de cepa. Finalmente, el bando pro-Óscar ganó y este demostró un talento espectacular a la hora de interpretar a Mario Moreno con un acento mexicano y de la época de Cantinflas, casi perfecto.
Otro de los roles que pasó un tanto inadvertido fue el que realizó en Piratas del Caribe 4 (2011), una cinta que ha sido muy googleada a partir de Óscar en el papel de Luisito Rey, pues posiblemente fuimos muchos los que vimos el filme pero jamás repararíamos en el español… hasta que llegó el 2018 y finalmente el talento de Jaenada se volvió tan patente como viral.
Mientras un grupo de inversionistas intentaba rescatar –una vez más– a Luis Miguel de una deuda gigantesca de 18 millones de dólares, se fue dando forma a la idea de filmar una película –luego mutó a serie– sobre la vida del astro mexicano, quien justo se había conducido durante toda su carrera con un hermetismo casi total sobre su vida personal.
Según ha contado Jaenada en varias entrevistas, el primero en hablarle del proyecto fue el productor mexicano-catalán Pablo Cruz. Óscar apenas había escuchado un par de canciones de Luisito Rey en el pasado, y tampoco había tenido mayor contacto con la música o historia de Luis Miguel.
Lo primero que hizo Pablo Cruz fue darle a Jaenada el libro Luis mi rey, del escritor Javier León. Fue una conversación casi informal, contó el actor durante una entrevista para el espacio mexicano Ventaneando. “Acompañamos la plática con un mezcal, yo tomé el libro y lo anduve conmigo sin tener tiempo para leerlo, hasta que en un vuelo trasatlántico empecé a leerlo y fascinarme con la historia y el personaje. Había muchos ruidos que deseaban ser silenciados y silencios que necesitan de alguna voz”, dijo.
En una entrevista con El País de España, volvería sobre aquellos inicios: “Ese Luis Rey estaba lleno de caramelos interpretativos que con una buena caja de herramientas el público demandaría conocer”. Óscar también aseguró que en la creación del personaje se le brindó libertad absoluta, lo que aprovechó para darle su toque único a una figura llena de contradicciones.
Para Jaenada otro reto del personaje y una de las razones por las que aceptó el rol fue para comprender mejor a Luis Rey. “Llegar a empatizar con lo imposible incluso. Retar mi capacidad de empatía una y otra vez”, ha dicho.
Tras el digno papel que logró Jaenada con Cantinflas, en México se generó una gran expectativa cuando se anunció que ahora Óscar se metería en la piel de Luisito Rey, en la bioserie de Netflix. Pero en ese momento el jaleo era por el talento del actor español.
Nadie, ni el mismo Jaenada pudo anticipar que desde el primer capítulo la serie gravitaría acerca del rol del implacable matrafulero Luisito Rey.
De hecho, este fue uno de los grandes ganchos de la serie, entrarle a la historia no contada sobre la relación entre Luis Rey y Luis Miguel. El otro, por supuesto, fue elegir a Óscar Jaenada para obtener un personaje que hoy, francamente, no imaginamos en la piel de otro histrión. Se trató de una jugada realmente maestra.
Jaenada explicó en una entrevista con Univisión que Diego Boneta había sido un súper compañero de reparto, pero que él se había dividido el papel del cantante entre los dos actores que hacen a Luis Miguel de niño y adolescente. Luisito Rey fue el mismo papá para todos, de manera que tuvo que establecer sus propios códigos con cada uno de los “Luis Miguel”.
En la entrevista con Teleshow, ya con más calma y haciendo un balance en retrospectiva, Óscar contó qué fue lo que más le sorprendió de la serie.
“Ciertas cosas que hacen decir: ‘Esto es lo que me gustaría mostrar al gran público, no simplemente las sonrisas’. Me gusta mostrar lo que la gente no sabe o no puede ver. Y eso me parece muy interesante. En este personaje veía eso: que Luis Miguel tenía una parte muy interesante, de mucho sufrimiento, de mucho trabajo, y que no todo era sol”.
Aunque lo dice sin el menor tenor de queja, deja en evidencia que se trató de un trabajo intenso, agotador y retador por todos los costados.
“Hubo un trabajo de mucho maquillaje, de peluquería, de vestuario hecho a favor. Piensa que en la serie hay tres Luis Miguel (la infancia, la adolescencia, y su etapa adulta) , pero solo hay un Luis Rey. Entonces, yo tenía que estar en las tres épocas del cantante, y eso lo teníamos que mostrar de alguna manera; ya no solo intelectual, sino físicamente. Comprar trajes, chaquetas más grandes cuando va envejeciendo, para que parezca más delgado y demás. Todo eso ayuda, y así se pudo ver una evolución de 25 años”.
En la ya citada entrevista con Ventaneando, Oscar confesó que antes de recibir el libro con la historia de Luisito Rey, él desconocía por completo los detalles de la vida privada del cantante y mucho menos imaginaría el fenómeno en el que se convertiría lo que, para Janaeda, sería su estreno en la tevé.
En todas las entrevistas consultadas para confeccionar este artículo, se nota una gran simbiosis entre Jaenada y su personaje. Él rehúye contar qué tan ficcionada es la historia y, en especial, su papel. “Esa pregunta no la puedo contestar yo”, ha dicho.
En lo que sí es vehemente es en su permanente negativa a juzgar a Luisito Rey. “Preparé el papel durante varios meses, hice mucha investigación y me surgieron muchos por qué… los iba anotando con mi pluma, porque de todos esos por qué iba a ir teniendo una justificación a priori de si iba a ser muy bueno o muy malo. Para mí fue un rompecabezas que necesitaba justificar para darle la mayor veracidad al personaje”, explicó.
Agregó que todo lo que se dice en la serie contó con el visto bueno de Luis Miguel, con quien Óscar tuvo muy poco contacto. “Estuve en su concierto, me gustó mucho, la pasé muy bien. Cuando nos reunimos no se había emitido ni un capítulo de la serie, así que no tuvimos mucho de qué hablar. Lo mío era un trabajo más con Diego (Boneta), con él si hubo muchas reuniones”, dijo el español para el programa mexicano en una entrevista conjunta con Boneta, quien no se guardó nada y aseguró que parte del éxito de su actuación se debió a la influencia y los consejos de Óscar.
“Desarrollamos un gran compañerismo, mucha química. Le resumí un poco la experiencia que he sacado en mis trabajos anteriores y dos o tres meses después, vi que Diego me había hecho caso, eso me gustó mucho”, agregó Janaeda.
Pero de una u otra forma, todos los caminos parecen retornar a Luisito Rey.
“En la biografía de Luisito Rey había muchos por qué, me parece un bombón este personaje, por qué se comporta de esta manera, yo creo que vamos desmenuzando eso en este trabajo, es la relación entre Luis Miguel y su padre, por qué tantos altibajos y puntos de inflexión en la relación de ellos dos, de pasar a ser un padre e hijo o un artista y un mánager o algo peor que eso (…) hay que entender que a Luis Rey desde los 9 años lo explotaban en Argentina y a los 12 años ya cantaba en cabarets, algo durísimo y de pronto es en ese período en el que se decanta cierta maldad en su personalidad”, dice Jaenada.
En la entrevista con Teleshow remarca: “Yo entendí que Luis Rey era un tipo culturalmente muy marcado por ciertos fracasos musicales y personales y eso crea tipos que luego les cuesta ver esa delgada línea roja que separa la línea ética de lo amoral, este fue un personaje que te marca dónde están los extremos”.
Insiste en que nunca dejó de recibir noticias e informaciones adicionales sobre Luis Rey, pero que era complicado de evaluar qué cosas podían ser verdad y qué otras, mentira.
Irónicamente, tras haber desplegado semejante talante actoral en unos zapatos ajenos, ya con la serie terminada y justo en la semana de su estreno para los medios, en abril pasado, Jaenada tuvo que enfrentar un serio problema penal. Si bien es cierto, en ese momento aún era prácticamente un desconocido en el continente, si este hecho hubiera pasado ya durante la emisión de la serie, en Netflix, habría sido un escándalo internacional enorme: la justicia española lo acababa de condenar a seis meses de cárcel.
A principios de abril, en una lujosa mansión de Beverly Hills, se extrañó la presencia de Óscar Jaenada, sobre todo cuando, tras algunos episodios, los periodistas presentes se afanaron en ubicar a Jaenada porque era previsible el boom que implicaría su papel en la serie. “No pensamos mucho en su ausencia hasta verlo en acción, pero luego, al preguntar por el hecho, una colega nos comentó que el europeo se encontraba metido en serios problemas legales y ahora, al revisar la sacrosanta red, descubrimos que estuvo incluso a punto de ser encerrado debido a una condena inicial de seis meses de prisión que terminó siendo transmutada por una multa de 3.600 euros”, explicaría luego uno de los corresponsales, Sergio Burstein.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) lo acusó de ser autor de un delito de falsedad en un documento oficial, cometido con el fin de obtener un título náutico. Todo parece indicar que el actor sabía que una escuela náutica ofrecía el certificado de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) a cambio de dinero, por lo que le dio a los encargados una copia de su DNI (documento de identificación) para que se confeccionara uno nuevo con otra fotografía y para que una persona que no era él asistiera al examen requerido. Tras un jaleo legal, el actor aceptó su responsabilidad y pagó una multa de 3.600 euros.
El asunto se resolvió prontamente y no logró empañar la imagen de Óscar, que ya bastante tenía con encarnar a un personaje que arremolinó tal calibre de odio en contra, que hasta se generó una venta masiva de camisetas y otros objetos con la leyenda “Odio a Luisito Rey”.
De las pocas ocasiones en que demuestra su asombro por los excesos a los que llegó el papá de Luis Miguel, se permite una anécdota que dice haberlo asombrado. “Me sorprendió mucho lo del ‘Picasso de Luis Rey’. Eso no está en la serie, como tantas otras cosas que tuvimos que limitar”.
Óscar se refiere a una anécdota que sí es totalmente verídica: para abrirse puertas, Luisito Rey solía alardear falsos logros. La más recurrente de sus mentiras era aquella que aseguraba que el célebre pintor Pablo Picasso lo había visto actuar en el Olympia y había quedado tan impresionado con su talento que había calificado su forma de cantar como un “escalofrío que se escuchaba”. Luisito Rey llevó la mentira aún más lejos y solía presumir un dibujo hecho a lápiz donde se veía su silueta junto a la guitarra. Debajo aparecía la falsa firma de Picasso. El descaro (y sentido de impunidad) del cantante era tal que accedió a utilizar el dibujo como tapa de su álbum debut ante el pedido de un impresionado empresario discográfico.
“Él tuvo la oportunidad de conocer a Picasso una noche, y al día siguiente presentó a la prensa un ‘Picasso de Luis Rey’. El tipo quiso venderlo. Un nivel de canallada… ¡¡inimaginable!!”, afirmó el actor, en lo que quizá ha sido la única reprimenda pública que se ha permitido Óscar sobre el hoy archifamoso Luisito Rey.