Esteban Marín generó gran expectativa en 2016, cuando debutó con Alajuelense. Su llegada a la Primera División no fue cualquier debut, ya que sobre sus hombros pesaba uno de los apellidos históricos de la institución, sobre todo por un pasado muy reciente y el legado evidente de su hermano Luis Antonio, quien fuera capitán y símbolo de la zaga manuda.
Sin embargo una serie de acontecimientos de su carrera deportiva, más decepciones, y otras metas en la vida hicieron que Esteban decidiera dar un paso al costado y retirarse del fútbol con solo 24 años. El jugador sumó experiencias, se cansó de las lesiones y decidió priorizar a su familia y anhelos personales como casarse.
Hoy, casi dos años después de esa decisión, Esteban no se arrepiente, tampoco descarta alguna posibilidad a corto y mediano plazo, pero lo cierto es que está totalmente enfocado en su vida familiar y profesional como ingeniero en sistemas. De hecho, acepta que ve muy poco fútbol y prácticamente se siente frente al televisior solo por la Selección Nacional.
“Tenía otros proyectos, yo estaba por casarme, estaba construyendo casa, entonces puse todo en una balanza; en ese caso, la verdad decidí, mandar hojas de vida y en un mes me salió una oportunidad laboral y como estaban estos proyectos pues decidí tomarla y dejar el fútbol. Ya llevo como un año y medio de eso. Opciones habían porque pude ir a Segunda División y pulsearla, sin embargo la situación en Segunda con el tema de los pagos es complicado y yo no quería eso”, afirmó.
El último equipo en el que Marín estuvo fue Universitarios, no obstante, con la pérdida de categoría todos los planes cambiaron.
“Cuando desciendo con la U se complica el tema de conseguir equipo en Primera División, se viene la pandemia, los equipos no tienen mucha plata, muchos estaban con plantilla completa, entonces la única opción era ir a la Segunda División, sin embargo la realidad es diferente en esa división y no era algo que yo quería. Yo aproveché las becas de estudio que me dio la Liga, yo saqué mi carrera prácticamente con esa beca, al final solo me hice cargo de una materia que fue el proyecto de graduación”, detalló.
El hermano de Luis. El menor de los Marín acepta que su carrera no fue sencilla. Dos situaciones complicaron su desarrollo: las lesiones y la sombra de su hermano, la cual acepta no le causó efecto negativo, pero sí provocaba cierta ‘bulla’ alrededor.
“Siempre debo ser sincero que tuve esa sombra, desde que empezó mi carrera porque siempre salían comparaciones y aunque yo fuera una persona diferente, siempre era el hermano de Luis y nunca era Esteban. Yo realmente nunca le di importancia, yo sabía que yo estaba por mérito propio y que tenía características diferentes, pero siempre habían comparaciones, pero nunca le di importancia”, enfatizó.
Además, Esteban confiesa que las lesiones lo minaron.
“Yo tuve algo en contra que fueron las lesiones, desde joven a los 15 años tuve una cirugía de ligamento cruzado, me recuperé bien, pero a partir de ahí se vinieron temas musculares porque el cuerpo se comporta así. A los tres años me lesioné la otra rodilla. Al final, llegar a la Primera fue bien difícil porque parecía que las lesiones no me iban a dejar”.
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Finalmente un gran rendimiento después de su segunda operación con el Alto Rendimiento de Alajuelense llamó la atención de Javier Delgado.
El Sheriff decidió apostar por Esteban y le dio una seguidilla de cotejos que generaron mayor expectativa, pero según el defensor esa época de inestabilidad de Alajuelense, en la que cambió constantemente de entrenador, jugó una mala pasada a muchos jóvenes.
“Cuando salió Javier eso afectó mucho porque se vino la inestabilidad de la Liga muy complicada, porque había demasiada presión y no le daban oportunidad a uno. Luego me fui a Carmelita a préstamo, jugué casi las 20 fechas e igualmente vuelvo a la Liga con Dos Santos y en la primer fecha me lesiono el tobillo y eso me frena totalmente. No fue grave, pero me impactó mucho porque me quitó confianza. Al final, cuando llega Carevic, Agustín Lleida me dice que no quieren contar más conmigo”, pronunció.
El golpe anímico de que lo quisieran sacar de la Liga fue fuerte, pero se agravó por la forma en que se dieron las cosas.
“Fue muy difícil porque yo estuve desde los once años en la Liga, fue complicado, fue un golpe bajo, pero también hubo resentimiento por como se manejó porque solo me querían pagar tres meses de contrato y me restaba un año, entonces solo imagínese. Tal vez ciertas circunstancias no se dieron por una u otra razón, pero yo siempre que jugué siento que lo hice de buena manera, no hubo un juego que haya sido un desastre”, expresó.
Después llegó la aventura con Universitarios que le dejó un descenso en el currículum, pese a ser el jugador más regular. Todas estas situaciones en conjunto hicieron que Marín terminara cansado del balompié.
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“Vieras, por lo general no veo fútbol, me he alejado un poco del torneo nacional; la Selección sí la veo. No tengo cable, solo internet, pero quedé un poco asqueado por ciertas decepciones, pero siempre sigo mejengueando y me han llamado equipos de segunda, pero estoy bien ahorita sin el fútbol”.
“La verdad, vivo más tranquilo, no porque con el fútbol no estuviera tranquilo, sino que ahora puedo hacer más cosas con más libertad, como actividades familiares, irme a la playa. Eso en el fútbol se sacrifica”.