Columnistas

Página quince: Mezquindad y grandeza

¿Es posible ver las películas de Elia Kazan sin recordar cómo delató a sus amigos comunistas y que eso les costó sus carreras en Hollywood?

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En el 2003, cuando era profesor visitante en la Universidad de Maryland, me senté frente al televisor una noche de marzo para ver el ritual de la entrega de los Premios Óscar de ese año, esa larga y aburrida ceremonia que tiene tanto del glamour de las revistas del corazón y tanto de excelsa mediocridad.








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