Don Luis Guillermo Solís estuvo esta semana de gira por Estados Unidos. Llevaba la tarea de convencer a los empresarios norteamericanos de que Costa Rica, a pesar de la salida de Intel, sigue siendo un país atractivo para invertir. Para ello, les debía vender la idea de que aquí se tienen las condiciones para ser competitivo a nivel mundial. Es parecido a lo que debe demostrar nuestra Selección de Fútbol a partir de hoy en la Copa Mundial en Brasil.
Lo primero que tuvo que hacer don Luis Guillermo fue quitarse el estigma de haber sido opositor al TLC con Estados Unidos, y haber criticado fuertemente las exoneraciones al régimen de Zona Franca. En este viaje, como presidente, le tocó convencer a los empresarios de que su gobierno mantiene la política de atracción de inversión de Gobiernos anteriores. Por eso, llegó a venderles la idea de que este Gobierno sigue siendo “un aliado de confianza para los inversionistas”.
También llevaba la tarea de asegurar a los empresarios norteamericanos que su gobierno trabajará en mejorar los aspectos que limitan la competitividad del país. Estos son temas de larga data: el costo de la energía, la infraestructura vial y portuaria, la calidad de la educación. Pero también les llegó a asegurar que Costa Rica mantendrá los aspectos que han sido su fortaleza, como la seguridad jurídica, la democracia y la paz social.
Lo que don Luis Guillermo ofreció a los empresarios norteamericanos es lo mismo que han pedido los empresarios locales desde hace tiempo. Solo habría que sumarle el tema de la tramitomanía, que no es tanto problema para las empresas extranjeras, pero sí para las ticas. De lo que se trata, al final de cuentas, es que empresas locales y extranjeras tengan las condiciones necesarias para ser competitivas a nivel mundial, produciendo desde aquí.
A Costa Rica le toca enfrentar tres equipos muy competitivos. Estoy hablando de fútbol ahora. Estamos en el “grupo de la muerte”. Pero aquí no se vale poner la excusa de que competimos contra países más grandes y desarrollados que nosotros, o de que, por tener mejores condiciones económicas que nosotros, nos llevan una ventaja futbolística. Uruguay es un país con un nivel de ingreso apenas un poco mayor que el nuestro, y con una población de 3,5 millones de habitantes. Con eso, han sido campeones mundiales y protagonistas en varias otras Copas. Por algo los uruguayos son conocidos por su “coraje charrúa”. Una lección para nuestros futbolistas y empresarios.
Al final de una entrevista para Bloomberg , don Luis Guillermo terminó diciendo que “… nadie dijo que sería fácil, pero ganaremos”. Pareció como si hablara de la Selección de Fútbol, pero también de su administración. Esperamos que esa confianza se traduzca en resultados positivos para la Selección y para la economía.