Columnistas

La piedra de la locura

Javier Milei, de ojos centelleantes de furia, dice haber visto a Dios, pero aún no han entrado en conversación

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Esta historia puede comenzar con una escena de esas de folletín patético donde el padre desobligado, ausente siempre de la vida familiar, un rudo chofer de autobuses, maltrata al hijo al punto de levantarlo a golpes del sillón donde ve la televisión, y la madre, en lugar de ponerse del lado de su vástago humillado, se convierte en cómplice de los maltratos.








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