EscucharEl Zoológico de Londres, institución admirada por el alto nivel de sus exhibiciones, recientemente decidió complementar su presentación de una majestuosa tigresa de Sumatra con un compañero de la misma raigambre.
Los encargados del cuidado de los exóticos ejemplares tuvieron la precaución de instalar a la hembra en un enrejado propio del linaje de esa gigantesca felina y, luego, al llegar el momento de brindar la bienvenida a su fiero consorte, lo hospedaron jaulas de por medio por aquello de su impulso sexual, su inmensa fuerza y temible agresividad.
Asim, el novio, venía precedido de inmensa fama de conquistador. Por su parte, la tigresa Melati se veía como una novia lujosamente arreglada para la ocasión. Ambos parecían lamentarse de la estructura férrea que los separaba, y así pasaron los días y el cortejo recíproco iba en un ascenso cálido y preñado de ansiedad.
Un jueves abrieron el portón que separaba a las fieras. Todo parecía una maravilla entre felinos de su calibre. Lamentablemente, cuando se plasmó el acto de amor, los rugidos se intensificaron hasta denotar un dolor cruento. Alarmado, el personal se acercó y quedó a la vista la carnicería perpetrada por el monarca de la selva que hizo trizas a la hembra.
Este es el relato del romance entre dos majestuosos felinos de Sumatra, digno de las elegías que suelen inspirar las tragedias de los grandes amores en el género literario universal...
¿Sería posible que algo similar se produjera entre humanos? La pregunta no es vana. Recordemos que los celos son motores de inmensas pasiones y actos atroces en las sociedades de todos los tiempos.
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Desde Caín y Abel, y tras milenios, Jacob y Esaú, el rey Lear y sus tres hijas, el paradigmático Otelo y su impulsor Yago, don Juan y sus múltiples conquistas, sin olvidar otros de los innumerables títulos del catálogo shakespeariano.
¿Qué decir del panorama contemporáneo? Hoy mismo, entre hermanos de la realeza en Tailandia, un sinnúmero de homicidios entre competidores por otras coronas asiáticas, los celos entre hermanos y parentelas en las familias políticas en Occidente, incluidas Europa, Latinoamérica y Costa Rica. Sí, Costa Rica…
El autor es politólogo.
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