Tuvieron que pasar 23 películas de James Bond para que una de sus canciones lograra lo imposible hasta ese momento: conquistar el premio Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
La hazaña la logró Adele con Skyfall, la dulce balada de la película homónima del 2012, considerada la más seria de la saga del 007, iniciada en 1962.
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Esa melodía rompió un paradigma en la historia musical de Bond; pero, solo continuó una tradición: las películas deben tener una “canción Bond”, tal y como tienen una “chica Bond”.
Writings on the Wall, de Sam Smith, es el tema de la nueva película, Spectre, estrenada el pasado jueves 5 de noviembre.
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Con Smith, uno puede pensar que los productores intentaron recrear la fórmula que dio resultado con Adele y Skyfall; sin embargo, esta canción está lejos de ser celebrada.
Más bien corre el riesgo de que le suceda lo mismo que a You Know My Name, el tema central de Casino Royale (2006): pasar al olvido, como le sucedió a El hombre con el revólver de oro, el tema de la cinta de 1974, de Lulú.
Ser seleccionado para interpretar el tema central supone un reconocimiento claro a la carrera y al momento del escogido.
Cuando a Duran Duran le encargaron el tema de A View to a Kill, eran el grupo pop de aquel momento (mediados de los 80).
Tal vez, la menos “Bond” de todas las canciones, este tema resultaría ser el único de una película del “doble cero” en alcanzar el número uno en las listas.
No es poco, si uno saca cuentas que antes de Duran Duran pasaron “pesos pesados” como Paul McCartney (Live and Let Die) y Tom Jones (Thunderball).
En otras palabras, le ganó a un beatle que había regresado a los escenarios en aquel entonces (1973) y a la explosiva testosterona combinada del cantante galés con el 007.
Live and Let Die es un auténtico clásico. En los conciertos de Macca es un verdadero derroche de pirotecnia que eleva la adrenalina de los asistentes.
También es un fardo, si resulta no ser del agrado de los fanáticos; estos no se andan por las ramas a la hora de “fulminar” una mala canción (nada sorpresivo: son seguidores de alguien con licencia para matar).
Nunca es suficiente. La misma Skyfall no se escapa de ser cuestionada.
Por ejemplo, un amplio artículo en Variety, acerca del los 53 años de historia musical de Bond, no dudó en tildarla de “bodrio”, con todo y su Óscar a cuestas.
Sin embargo, en los últimos 15 años, ninguna cayó tan bajo en el paladar de los seguidores queDie Another Day, sin importar que fuese cantada por la mismísima reina del pop, Madonna, y que estuviese nominada a un Grammy.
En todo caso, ese fue el tema que saludó el siglo XXI en la franquicia y que sirvió de despedida a Pierce Brosnan.
Mejor suerte corrió Nadie lo hace mejor, la balada de La espía que me amó (1977), en la voz de Carly Simon.
El título de la canción es un elogio a las habilidades de James Bond como amante (dado el nombre de la película es imposible perderse en las intenciones).
A la hora del repaso, es imprescindible recordar a John Barry, el responsable de escribir –solo o en conjunto– 10 canciones para la saga del hombre del esmoquin.
Tampoco hay que dejar de lado a Shirley Bassey, quien entonó tres canciones Bond; entre ellas, la que se considera la mejor interpretación: Goldfinger.
Sin un tema central, un filma del 007 estaría incompleto, sería impensable. Ya sea para alabarla o para criticarla.
Unas notas al 007
Dr No. Nadie vio necesario un tema. La secuencia inicial se engancha con un calipso.
En "El mañana nunca muere", el tema lo interpreta Sherryl Crow, después de considerar a K. D. Lang muy agresiva
"Al servicio secreto de su majestad" presentó un tema instrumental.
Duran Duran logró la hazaña: con el menos "Bond" de todos los temas, alcanzó el número 1 de las listas.
Sam Smith en 'Spectre'. Una operación de mercadeo.