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San José
No había transcurrido mucho tiempo desde el anuncio que hicieron este martes el presidente Luis Guillermo Solís y su colega Juan Orlando Hernández, de Honduras, de que Costa Rica retornaría al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), cuando el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, salió a criticar la postura del Gobierno costarricense con respecto a ese organismo regional.
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El martes, tras varias horas de reunión bilateral con el gobernante de Honduras, nación que ostenta desde finales del 2015 la presidencia pro témpore del SICA, Solís afirmó que estaba esperanzado en que Costa Rica se pueda reintegrar plenamente al Sistema a finales de junio, cuando Honduras trasladará la dirección del SICA a Nicaragua.
Lo que puso optimista a Solís fue la noticia que le trajo Hernández de que Honduras y otros países, que no especificó, acuerpan la posición reformista costarricense sobre el Sistema, para hacerlo más ágil, simple y transparente.
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No obstante, en una publicación del diario el19digital.com, afín al gobierno sandinista, Ortega dijo que la región no debe ceder a las presiones de Costa Rica y que el retorno del país al SICA "no debe ser bajo condiciones y que todos bajemos la cabeza".
El medio oficialista reprodujo, la noche del mismo martes, lo que el mandatario nicaragüense le dijo al gobernante hondureño durante el desayuno que sostuvieron en la mañana del martes, horas antes de que Hernández volara a San José para reunirse con Solís.
"Eso está faltando a las normas más elementales de respeto que se deben los pueblos (...). Ningún gobierno se ha retirado del SICA como se retiró Costa Rica ahora con el cuento este de los inmigrantes. Primera vez en la historia que se retira un gobierno; no el pueblo, porque ahí no ha habido una votación del pueblo de Costa Rica que diga que hay que retirarse del SICA", censuró Ortega.
El "comandante" prosiguió con sus críticas a la forma en que el Gobierno de Solís atendió la crisis migratoria que llevó a 8.000 cubanos a aglomerarse en Costa Rica cuando Nicaragua decidió cerrar sus fronteras al paso de esos ciudadanos, en noviembre pasado, hecho que obligó a negociar con Guatemala, El Salvador y México para abrir un puente aéreo que movilizara a los migrantes en su camino hacia los Estados Unidos.
A raíz de esa decisión de Ortega y a la poca respuesta al llamado de auxilio que se dirigió a Centroamérica, Costa Rica cerró su frontera a los migrantes cubanos el 18 de diciembre pasado.
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"Primera vez en la historia del SICA (que se retira un país miembro) ¿Y por qué? Porque no se hizo lo que Costa Rica quería cuando estaba lanzando a los inmigrantes sobre (...) los pueblos hermanos sin coordinar nada", fustigó.
"Centroamérica toda es una Patria pequeña, increíble sí, que ni siquiera tengamos la decisión, la voluntad de mantener el proceso de integración, y que simplemente porque una avalancha de inmigrantes cubanos fueron lanzados por el Gobierno de Costa Rica contra Nicaragua, sin coordinar con el Gobierno nicaragüense, entonces se retira Costa Rica. ¡Ah! ya está, se retira Costa Rica, porque estamos obligados los centroamericanos a hacer lo que dice Costa Rica", continuó.
Las declaraciones de Ortega, quien aspira a la reelección en los comicios en noviembre próximo, ocurren meses después de que su Gobierno bajó el tono de su discurso contra Costa Rica, luego de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya falló a favor de San José en el litigio por la invasión nicaragüense a isla Portillos, ocurrida en el 2010.
El gobierno de Ortega incluso se mostró cooperador cuando 13 costarricenses fallecieron ahogados en aguas nicaragüenses, producto del hundimiento de una lancha que transportaba a turistas.
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Ahora, el presidente sandinista vuelve a endurecer su posición en contra de la de Costa Rica, a las puertas de una cumbre del SICA que ilusiona al gobierno de Luis Guillermo Solís.
Según Ortega, ese organismo regional no debe rehacerse conforme a los criterios de Costa Rica y dejó en claro la posición de su gobierno de seguir desarrollándolo pero de acuerdo a la "decisión soberana de todos los países miembros" y no como una condición "que mantenga fuera a nadie del Sistema".
Pese a sus reclamos y a la censura a las decisiones del Gobierno costarricense, el presidente de Nicaragua dijo que está en disposición de seguir luchando por la integración regional.
Luis Guillermo Solís tomó la decisión de retirar a Costa Rica de la mesa de diálogo político del SICA el 18 de diciembre pasado.
Lo hizo como protesta por la falta de solidaridad de los países de la región, entre ellos Nicaragua, para atender la crisis migratoria de cubanos que tuvo que enfrentar el país durante los últimos dos meses del año pasado y los primeros cuatro del 2016.
Además, Solís y el canciller Manuel González, aprovecharon la coyuntura para lanzar fuertes cuestionamientos a la forma en que se administra el SICA y cómo se eligen sus altos jerarcas.
En ese momento, el mandatario afirmó que para que Costa Rica retornara al organismo, primero debían quitarse del camino todos los escollos que su Gobierno veía en el SICA, como el secretismo que impera sobre los salarios que ganan sus jerarcas, la forma en que se elige su secretaría general y el respaldo político desigual hacia los gobiernos de la región.
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