La Dirección Regional de la Fuerza Pública de Heredia reforzó la vigilancia en los alrededores del Liceo El Roble, en Santa Bárbara, luego de que una colegiala del centro educativo falleciera el pasado 8 de octubre tras ingerir una bebida aparentemente alterada.
Además de supervisar la entrada y salida de clases, la delegación policial ahora hace frecuentes patrullajes y coordina con los grupos de seguridad comunitaria, confirmó el subdirector de la delegación, Rodrigo Araya.
Estas medidas dieron respuesta a los reclamos de vecinos y padres de familia quienes, en los días posteriores a la tragedia, protestaron contra las autoridades policiales y el colegio al asegurar que ignoraron las advertencias de que había un problema de drogas.
Aunque Araya negó que se tratara de un problema exclusivo de la Fuerza Pública, dijo que se acercó a la comunidad para mejorar el intercambio y la comunicación.
“Ellos se quejaban de la negatividad del policía que normalmente estaba en ese puesto. Se cambiaron los oficiales y se giró una orden para que todos días, a la entrada y salida, haya un policía presente, así como que se mantenga pendiente de la gradería (de la plaza) donde normalmente se consumía droga”, manifestó Araya.
Por otro lado, aseguró que se ha reunido con padres de estudiantes, con vecinos y han brindado capacitación a alumnos y docentes.
El Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) también inició un seguimiento, indicó Humberto Elizondo, de la Unidad Proyectos de Prevención de la entidad.
“Empezamos a dar un acompañamiento a los profesores para ver cómo se han manejado las circunstancias y coordinamos con el Departamento de Derechos Estudiantiles del MEP, respetando la normativa”, explicó Elizondo.
Rocío Solís, contralora de Derechos Estudiantiles, del Ministerio de Educación Pública (MEP), relató que visitó el colegio el 31 de octubre para escuchar las inquietudes y denuncias de los jóvenes.
“Nos reunimos con los estudiantes y estamos tabulando más de 300 reclamos y comentarios sobre problemas con otros estudiantes, profesores, la administración, etc. Estos insumos se trasladarán al Viceministerio de Planificación para que tomen las acciones correspondientes”, indicó Solís.
Respuesta del colegio. La muerte de la alumna de 13 años ocurrió tan solo unas semanas después de que otro alumno de la institución se tomara la vida. Aunque ambos incidentes ocurrieron en un lapso de dos meses, el director del colegio, Verny Quirós, reconoció que no se hizo ninguna intervención psicológica, pues no cuentan con profesionales en el campo.
Quirós también sostuvo que se hizo todo lo que correspondía en materia de prevención y negó cualquier responsabilidad en lo ocurrido fuera de las instalaciones.
“Desde principios de año se han dado charlas contra el alcohol, las drogas y el bullying . Siempre se han dado las capacitaciones a los chicos. También veníamos trabajando con un Comité de Prevención de Drogas, pero, aun así, suceden cosas fuera del colegio”, dijo.
Olga Jiménez, del citado comité, reconoció que el centro educativo y la Policía mejoraron su intervención después del incidente, pero lamentó que no escucharan las advertencias antes de la tragedia.
Por su parte, las orientadoras Jaidy Zamora y Delma Cambronero dijeron que desde inicios de año han referido a alumnos al Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA). No obstante, muchos no aceptan recibir ayuda. Colaboró Alonso Tenorio