Washington
Las elecciones primarias en los partidos estadounidenses Republicano y Demócrata llegan este martes al estado de Indiana, donde los favoritos Donald Trump y Hillary Clinton buscan dar las puntadas finales para consolidar sus aspiraciones presidenciales.
Para los republicanos Ted Cruz y John Kasich, así como para el demócrata Bernie Sanders, las elecciones de Indiana representan una oportunidad de mostrar que aún están con vida, aunque con posibilidades ya muy reducidas de victoria.
Ni Trump ni Clinton tendrán la posibilidad de liquidar definitivamente las respectivas disputas internas en Indiana, pero los dos tendrán la oportunidad de sepultar las ilusiones de una reacción de última hora entre sus adversarios.
Entre los republicanos, la primaria de Indiana atribuirá la totalidad de sus 57 delegados al vencedor, al tiempo que entre los demócratas la distribución se realizará mediante un criterio proporcional entre los dos aspirantes.
Trump precisa de apenas 235 delegados para garantizar su candidatura para las elecciones presidenciales de noviembre sin precisar negociar en una difícil e impredecible convención Republicana, prevista para julio.
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En tanto, entre los demócratas Clinton precisa de aproximadamente 200 delegados más en su nombre para sellar la difícil -y por momentos áspera- disputa interna contra Sanders.
Trump, según los sondeos, tiene todo para conseguir en Indiana una nueva victoria. De acuerdo con NBC/Wall Street, el millonario podría conseguir en ese estado hasta el 49% de los votos.
Esto deja un cuadro más que difícil para el senador Cruz, quien busca desesperadamente impedir que Trump garantice su victoria antes de tiempo y en cambio apuesta todas sus fichas a una convención dividida que le permita hacerse con el triunfo.
Más allá de los 57 delegados en disputa, el resultado de Indiana puede representar un golpe prácticamente letal para Cruz al definir una tendencia irreversible.
El lunes, durante un acto público, Trump llamó al electorado conservador a acudir en masa a los centros electorales para liquidar el pleito de forma que el partido pueda concentrarse en la próxima fase de la campaña.
"Si ganamos en Indiana, esto estará acabado. Podremos concentrarnos entonces en la deshonesta Hillary (Clinton). Por favor, concentrémonos en Hillary", dijo Trump a una multitud.
Cruz, en cambio, ya adelantó que no arrojará la toalla y mantendrá su campaña en busca de un triunfo consagrador en California, donde estarán en disputa nada menos que 475 delegados.
Si Trump vence en California, el pleito estará liquidado, pero si el ganador es Cruz, podría forzar una negociación en la convención partidaria.