Con la mayoría de las listas armadas de antemano, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias son una suerte de gran encuesta nacional para medir el nivel de popularidad de la presidenta Cristina Fernández y de la oposición.
Sin embargo, la votación puede marcar una tendencia hacia las parlamentarias del 27 de octubre, como ocurrió en el estreno de las primarias en el 2011 hacia las presidenciales, cuando la mandataria reunió 50,3% de los votos y meses después logró su reelección con el 54% de los sufragios.
La única elección interna para seleccionar candidatos se dará en la alianza UNEN, un conglomerado opositor de partidos y dirigentes socialdemócratas, socialcristianos y de centroizquierda.
La ley de primarias aprobada en el 2009 establece como requisito un piso de 1,5% de los votos del total del padrón del distrito para participar en las legislativas de octubre, que renovará a nivel federal el 50% de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
Como en todas las elecciones en Argentina, la legislación autoriza el corte de boletas en las distintas categorías electivas (en este caso, candidatos a senadores, diputados y ediles).
Si mañana, por ejemplo, en la interna de una alianza gana la lista A en diputados y la B en senadores, se respetará esa votación para las parlamentarias de octubre, aunque en la coalición es posible negociar puestos para la conformación de la lista definitiva.