Manila
Un terremoto que sacudió el sur de Filipinas este viernes dejó al menos cuatro muertos en la isla Mindanao, donde derrumbó edificios y causó pánico entre los residentes, indicaron las autoridades y medios locales.
El movimiento dejó sin electricidad a la ciudad de Surigao, situada más de 700 kilómetros al sureste de la capital Manila, donde una cantidad no precisada de gente quedó atrapada bajo los escombros.
El evento de magnitud 6,5 se originó a 27 kilómetros de profundidad en Mindanao, informó el Servicio Geológico estadounidense (USGS).
Por su parte, el departamento sismológico filipino registró una intensidad de 6,7 y el epicentro lo localizó 14 kilómetros al norte de Surigao.
El Centro de alerta de sunamis del Pacífico precisó que no hubo peligro de maremoto.
El jefe policial del área, Anthony Maghari, explicó a la emisora DZMM que se derrumbó una escuela y que numerosos edificios mostraban grietas.
La vocera del servicio de defensa civil, April Sánchez, indicó que 75 personas resultaron heridas.
El profesor universitario, Rocks Tumadag, dijo que muchos habitantes huyeron a zonas más elevadas por temor a un sunami. Precisó que horas después del terremoto todavía podían sentirse réplicas.
"Hubo pánico en las calles. Yo estaba durmiendo cuando ocurrió el sismo. Hubo entre 10 y 15 segundos de movimiento vertical", relató, agregando que muchas estructuras edilíceas habían sufrido daños y que había escombros en las calles.
"Cuando se detuvo, cogí a mi hija menor y salí corriendo a la calle. Mi mujer también corrió hacia afuera y mi hija mayor lloraba. Hay muchos sismos por aquí, pero este fue el más fuerte", añadió.
Un comunicado del servicio de defensa civil indicó que un puente había colapsado, al igual que por lo menos un edificio y varias casas. "Se informó que hay personas que quedaron atrapadas. Los servicios de socorro siguen desarrollándose".
Filipinas se encuentra sobre el llamado Anillo de Fuego, una vasta región del Pacífico con abundantes sismos y erupciones volcánicas.
El último terremoto importante que afectó a Filipinas fue de magnitud 7,1 en octubre del 2013. Dejó 220 muertos en las islas centrales del archipiélago, donde destruyó además iglesias históricas.