El asunto se resolvió como es debido, con una sentencia del tribunal legitimado para interpretar la Convención Americana y la plena disposición de la Sala IV a acatarla.
No hay ninguna garantía de éxito y conlleva riesgos, pero esta es la única vía de supervivencia de la especie tras haber agotado otras posibilidades.
Según una vieja historia –posiblemente falsa, pero útil como ejemplo–, a un niño le pidieron donar sangre para salvar la vida de su hermano.