Nos encontramos todos los días con personas que, víctimas del síndrome de la tecla, dejan de lado su potencial y capacidad de innovar, de sobresalir y de pensar fuera del paradigma que se les ha impuesto.
Nos encontramos todos los días con personas que, víctimas del síndrome de la tecla, dejan de lado su potencial y capacidad de innovar, de sobresalir y de pensar fuera del paradigma que se les ha impuesto.