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Lejos de victimizarse, las diputadas disidentes de las líneas mayoritarias de sus partidos se vienen manifestando asertivamente desde hace rato.

El primer capítulo lo vemos en la forma de ventilar asuntos privados en el pasado y el segundo en cómo modernamente impera el modelo ‘ejecutivo’.

Las incoherencias saltan a la vista cuando se analiza caso por caso hasta el despido, recientemente, del ministro Luis Amador.