El solo nombre de Ricardinho termina por intimidar en el fútsal. No es para menos, ya que es el mejor jugador del mundo y su velocidad, talento, desequilibrio y remate potente y preciso, lo hacen casi imparable.
El solo nombre de Ricardinho termina por intimidar en el fútsal. No es para menos, ya que es el mejor jugador del mundo y su velocidad, talento, desequilibrio y remate potente y preciso, lo hacen casi imparable.