El sacerdote no debe hablar en un lenguaje técnico, sino aterrizado. Debe ser un diálogo familiar, sencillo, para que el mensaje le llegue al corazón del pueblo.
El sacerdote no debe hablar en un lenguaje técnico, sino aterrizado. Debe ser un diálogo familiar, sencillo, para que el mensaje le llegue al corazón del pueblo.