Cientos de escolares, junto a sus familiares, alumbraron este lunes las calles del país con sus faroles. Al ritmo de los redoblantes, los estudiantes caminaron con una luz en sus manos que conmemora lo sucedido una noche como esta, pero hace 194 años, en Antigua Guatemala.
La vigilia. La historia de esa noche se remonta a 1821. A Gabino Gaínza, jefe político de Guatemala, le notificaron sobre la independencia de los ayuntamientos de Chiapas (que pertenecían al Reino de Guatemala), ocurrida el 8 de setiembre, y su plan de unirse a México.
En esa notificación, incitaban a Gaínza a hacer lo mismo. El jefe político convocó a una reunión ese 14 de setiembre, a la cual convocó a los miembros de la Diputación Provincial, a las autoridades eclesiásticas, militares y civiles. Sin embargo, el pueblo como tal estaba ausente.
En las calles, los aliados del líder independentista Pedro Molina, y su esposa, Dolores Bedoya, recorrieron los empedrados caminos convocando a la gente frente al Palacio de Gobierno.
La discusión se acaloraba y pasaba el tiempo; mientras Molina abogaba por la independencia absoluta de España, José Cecilio del Valle proponía consultar a las otras provincias.
Cayó la noche y algunas mujeres, dirigidas por Bedoya, iluminaron las calles con faroles, los cuales se hicieron acompañar de música y bombetas para así continuar la vigilia a la espera de la independencia.
“Es así como cada 14 de setiembre recordamos la noche en que nuestros antepasados iluminaron con sus faroles el camino que aún hoy recorremos: el de un pueblo libre y soberano”, escribió la profesora Yelba Angulo en las páginas de Opinión de La Nación .
La espera concluyó con la firma del Acta de Independencia, al día siguiente, el 15 de setiembre de 1821. Con ello, se puso fin a 300 años de gobierno español.
La provincia de Nicaragua y Costa Rica se sumó a la independencia el 11 de octubre de 1821, pero fue hasta el 29 de octubre cuando se firmó en Cartago el Acta de Independencia de Costa Rica.
Tradición. Por iniciativa propia, muchas comunidades conmemoraban esa vigilia con desfiles de faroles hasta que, en 1953, por iniciativa del profesor Víctor Manuel Ureña –el director provincial de Escuelas de San José– se instauró esa tradición.