A las autoridades económicas de Costa Rica se les ha achicado el espacio para usar sus herramientas de política económica y dependen, en gran medida, de que se apruebe el convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y de la obtención de préstamos externos.
Estas fueron parte de las observaciones que hicieron los economistas Luis Mesalles y José Luis Arce al Programa Macroeconómico 2021 y 2022, que publicó el Banco Central el pasado 30 de enero, en una actividad organizada por la Academia de Centroamérica el martes 2 de febrero.
Las apreciaciones surgieron luego de que el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, hiciera una presentación del ejercicio mediante el cual la autoridad emisora elabora su diagnóstico de la situación internacional y nacional, prepara sus proyecciones y plantea sus políticas.
La actividad fue moderada por Carla Coghi, socia directora en Deloitte para Centroamérica, Panamá y República Dominicana y el expresidente del Banco Central, Eduardo Lizano, fue el anfitrión de la actividad.
La economía costarricense se contrajo 4,5% el año pasado, y para el 2021 apenas crecerá 2,6%, de acuerdo con la proyección de la autoridad monetaria, un resultado que además está rodeado de varias incertidumbres: desde el desempeño de la economía mundial, hasta el manejo de la pandemia de covid-19, y el acuerdo con el FMI.
Cubero explicó que el Banco Central continuará este 2021 con la política monetaria expansiva que inició desde el 2019 porque la estimación de que la inflación se mantendrá por debajo del rango meta (entre 2% y 4%) les da espacio para hacerlo.
Sin embargo, Mesalles cuestionó hasta cuándo se podrá continuar con esa política expansiva. Explicó que la gran cantidad de dinero que se ha emitido podría, eventualmente, poner presiones sobre los precios; ya se están viendo presiones sobre los precios de las materias primas.
“Ahí hay que tener cuidado, tenemos que pensar cómo se va a contraer toda esa liquidez que se ha tirado al mercado”, dijo Mesalles.
Arce, por su parte, añadió que también la política monetaria expansiva puede tener efectos en el mercado cambiario.
“Los espacios monetarios van a depender de dos cosas: del canal de la intermediación financiera, es decir, de que el sistema financiero se mantenga estable”, indicó este especialista.
En segundo lugar –agregó– en una economía como la de Costa Rica, cuentan mucho las expectativas y la reacción que esa política monetaria del Banco Central tiene sobre el mercado cambiario.
Arce resaltó que recurrir a tasas de interés bajas pasa mucho porque esas condiciones relajadas no se traduzcan en presión cambiaria.
Sin espacio fiscal
Las autoridades económicas tampoco tienen espacio para utilizar la política fiscal, que es la otra herramienta disponible, debido al alto endeudamiento que enfrenta el país.
“No tenemos en realidad muchos espacios: Los espacios fiscales son virtualmente inexistentes, más allá quizá solo al acceso a financiamiento externo, que es un tema políticamente complejo pero es quizá el único espacio de acción de política en materia fiscal”, dijo Arce.
Mesalles, por su parte, comentó que en el mercado cambiario, las futuras intervenciones del Banco Central pueden estar muy limitadas debido a la baja que han tenido las reservas monetarias internacionales, las cuales terminaron el 2020 en un monto equivalente al 11,8% de la producción.
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Para el 2021 el Banco Central espera que dichas reservas aumenten a un monto equivalente al 13,8% de la producción, pero eso está basado en el supuesto de que se apruebe el acuerdo con el FMI y se aprueben los créditos externos de apoyo presupuestario por $2.513 millones.
Mesalles indicó que la aprobación de dichos préstamos en la Asamblea Legislativa puede tornarse complicada y recordó lo que sucedió en el 2020, con la pérdida de dos créditos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Arce coincidió con Mesalles en que el Programa tiene premisas fuertes, como es la aprobación del convenio con el FMI; confía en que dicho acuerdo se aprobará, pero prevé que el camino será tortuoso y puede ser que no se logre en los tiempos que supone el Programa Macroeconómico.
La expectativa de las autoridades económicas es que el crédito con el Fondo en sí mismo y los proyectos que incluye el acuerdo, se aprueben en el primer semestre de este 2021.