Johanna Román inició su trayectoria como emprendedora en medio de la emergencia por la pandemia de la covid-19, enfrentando la amenaza del desempleo. La oportunidad llegó con la solicitud de confeccionar mascarillas de tela con diseños del folclor nacional. Este fue el punto de partida de la historia de Ticovenirs.
Todo comenzó en septiembre de 2020, cuando el director de un grupo folclórico en Curridabat, donde reside Román, le pidió estos artículos. Gracias a su destreza como diseñadora gráfica, dio rienda suelta a su imaginación y creó varios diseños, obteniendo un éxito notable con este encargo.
Tres meses antes, para hacer frente a sus necesidades financieras, ya había decidido diseñar mascarillas, pero incorporar elementos de la identidad nacional no estaba en sus planes iniciales. Aquí destaca el apoyo que logró de su familia, con lo que dejó de contratar los servicios para elaborar las piezas textiles y adquirir el equipo para asumir la fabricación.
En diciembre de 2020, Román decidió diversificar su oferta más allá de las mascarillas, confiando en que la emergencia disminuiría. Fue entonces cuando se aventuró en el mundo de los souvenirs.
Con una década de experiencia en diseño gráfico enfocado en publicidad, mercadeo y marketing digital antes de la pandemia, Román decidió centrarse en artículos con valor de uso.
“La gente me decía que era un mercado que estaba saturado, que no había oportunidad de hacer algo nuevo. Sin embargo lo hice. Mi propuesta no son adornos, que no digo que sean malos, mi propuesta son souvenirs útiles”, señala.
Román, de 45 años, gestiona el diseño y la comercialización de sus productos a través de una tienda virtual y forma parte de un grupo de emprendedores.
Ella ha participado en cursos para fortalecer su enfoque empresarial, sumando a su bagaje profesional la docencia universitaria y su pasión por los viajes.
10 líneas de diseño
Román comparte su conexión con la cultura costarricense: “Cada vez que me siento a crear, siento que soy una embajadora de mi país”.
Explica que el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural clasifica sus productos como souvenirs de diseño, vinculados a un territorio y sus valores culturales, dirigidos tanto al turismo como al público local con técnicas de estética contemporánea.
Román atiende a clientes variados, incluyendo empresas, guías turísticos y negocios de turismo, proporcionándoles 10 diferentes líneas de diseño con elementos típicos como vasos térmicos, botellas térmicas, bolsos, monederos, cosmetiqueras, llaveros y tazas de aluminio mediante la técnica de sublimado.
“Siempre tuve alma de emprendedora y tuve varias ideas de negocio durante años, pero por una u otra situación no funcionaron. Como muchos emprendedores uno inicia con un tipo de proyecto y termina con otro. Nunca imaginé terminar diseñando souvenirs de Costa Rica”, comenta.
Originaria de Curridabat, se graduó del Colegio Técnico de Calle Blancos con experiencia en diseño gráfico, y luego se especializó en la Universidad Americana de Costa Rica.
El nombre de su emprendimiento, Ticovenirs, surgió de una lluvia de ideas, y la marca gráfica, está inspirada en los colores de las carretas típicas. Ambos elementos están en proceso de registro.
La siguiente página en la historia empresarial de Román es ganar presencia en el sector hotelero y expandir su oferta fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).