Un reciente estudio del Banco Central reveló que los comerciantes redujeron sus márgenes para sostener las ventas durante el primer año de la pandemia. El reporte indica que este sector bajó la diferencia entre el costo de la mercadería y el precio final de venta de un 27,5% en el 2019 a un 22,2% el año siguiente.
La reducción varió conforme el tipo de actividad. Por ejemplo, en el área de alimentos, bebidas y tabaco, el margen venía aumentando hasta alcanzar un 29,9% en el 2019, pero luego cayó a un 26,9% en el 2020. En aparatos eléctricos y del hogar, también venía bajando hasta alcanzar un 21,2% en el 2019 y luego se redujo más, a un 16,3%, en el 2020.
En el caso de los alimentos, Mario Montero, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), advirtió de que ante los aumentos en los costos de producción, posiblemente se verá un ajuste de precios por el resto del 2021 y buena parte del 2022.
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En vehículos, en lugar de bajar, registró un leve aumento, del 19,5% al 19,7%, entre el 2019 y el 2020. En este caso específico, Lilliana Aguilar, directora ejecutiva de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema), cuestionó el resultado. Comentó que el margen podría estar sobreestimado, que podría verse afectado por el tipo de cambio y que los empresarios de autos dan otras regalías que no se reflejan en dicha cifra.
Según explicó el Departamento de Estadísticas Macroeconómicas del ente emisor, el margen del comercio es aquel que permite al empresario hacerle frente a sus costos producción, y de ahí sale también la utilidad. “Una vez que se restan todos los gastos relacionados a la actividad –por ejemplo, alquileres, agua, electricidad y remuneraciones, por mencionar algunos–, se puede determinar si la empresa comercial generó una utilidad”, detalló el Central.
El Banco Central mencionó los resultados del informe sobre los márgenes de la actividad comercial en su comentario de julio sobre el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
Consecuencias en consumidores y trabajadores
Esta reducción en el margen tiene implicaciones no solo para los comerciantes, sino también para los consumidores y para los trabajadores del comercio, que es la actividad más grande en empleo en el país.
Según indica el Banco Central en su comentario, los precios al productor de la manufactura experimentan una aceleración desde el segundo semestre del 2020, pero esos incrementos no se han trasladado a los precios al consumidor, lo cual, en gran parte, puede estar explicado por la reducción de los márgenes de comercio.
El ente emisor explica que un alza en el índice de precios al productor, si todo lo demás se mantiene constante (márgenes de comercio y de transporte, así como impuestos), provocaría un incremento en el índice de precios al consumidor por una cuantía similar.
“Sin embargo, en situaciones en que la demanda es baja, como en la contracción económica que se dio en el 2020 por la pandemia, los comerciantes podrían optar por disminuir su margen para absorber aumentos en los costos de las mercancías vendidas, (con el fin de) no perder participación de mercado y mantener un nivel de ventas que permita cubrir los costos de operación”, señaló la entidad.
Para Alonso Elizondo, director ejecutivo de la Cámara de Comercio, esta apreciación es correcta.
“En el comercio hay muchísimos oferentes; difícilmente podés trasladar eso (el aumento en costos), tenés que asumirlo porque la demanda no crece y si tu demanda está estancada, como estábamos, si trasladás eso al consumidor lo que vas a generar es todavía una brecha aún más grande entre tus productos y el mercado”, comentó Elizondo.
Por su parte, Mario Montero, de Cacia, indicó que el resultado no le extraña.
“El 2020 es un año especial, cargado de incertidumbre, lock down (cierres de emergencia) totales y parciales de la economía, cierre de actividades de venta, comercialización o preparación de alimentos y bebidas, entre otros impactos, por lo que una red
ucción coyuntural en márgenes no es de extrañar”, afirmó.
¿Es sostenible?
Por el momento, la reducción en el margen de comercio beneficia a los consumidores; sin embargo, si los costos continúan al alza, la situación no se podría sostener.
En el caso de los alimentos, Montero estimó que habrá ajustes en los precios en este y el próximo año.
Montero explicó que el fenómeno de afectación de los costos de producción de alimentos es mundial; se inició en el 2020 y se ha extendido hasta la fecha.
Han subido los costos de las materias primas, bienes intermedios, petróleo, transporte internacional y sistemas logísticos, mencionó.
“En el caso de Costa Rica, esos traslados e impactos no son automáticos ni proporcionales. Dependen de la afectación en cada uno de los rubros, el abastecimiento de inventarios con costos anteriores y, sobre todo, lo que el sector de la distribución y venta detallista también puede asumir de cara al consumidor final”, explicó Montero.
Añadió que esto hace que el traslado de costos al consumo final sea paulatino, por lo que prevé un proceso de ajustes de precios con mayor frecuencia, con respecto al histórico acostumbrado, por el resto de este año y buena parte del 2022.
Para los trabajadores del comercio, la reducción en el margen también tiene consecuencias porque a los empresarios les queda menos espacio, también, para pagar salarios, o bien menos ganancias para emprender nuevos proyectos que impliquen más empleo.
Para Alonso Elizondo, tanto el cambio tecnológico en la actividad, que vino con la pandemia, como la demanda deprimida, que hace que nuevos proyectos de inversión y nuevos puntos de venta sean postergados, explican por qué el nivel de empleo en la actividad no se recupera.
“Creemos que algunos puestos de trabajo no se van a recuperar porque los canales de comercio electrónico vinieron a sustituir gran parte de las ventas que se dejaron de percibir durante la pandemia, y eso se opera sin tanto personal y es parte de la realidad que estamos viviendo”, aseguró.