Una sola dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH, relacionado con el cáncer de cérvix o cuello uterino) ofrecería protección durante al menos una década. Estas son las conclusiones de un estudio realizado durante más de 20 años en mujeres guanacastecas y que es presentado esta semana en el XXXII Congreso Internacional de Papilomavirus, que se efectúa en Sidney, Australia.
La investigación fue realizada por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB, lo que anteriormente se conocía como Proyecto Epidemiológico Guanacaste) y contó con el apoyo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés).
En el congreso, los investigadores presentarán las conclusiones de las mujeres que hace una década recibieron 0, 1 o 2 dosis de la vacuna. Esta inoculación las protege contra los tipos 16 y 18 del VPH, causantes del 70% de los casos de cáncer cervicouterino.
Los científicos observaron que, independientemente del número de dosis recibidas, diez años después de ser vacunadas, los niveles de anticuerpos en sangre permanecen estables y la protección contra la infección por esos tipos de VPH continúa siendo muy cercana al 100%.
Las pesquisas también encontraron que la vacuna ofrece protección contra otros tipos de papiloma que no contiene la inyección, como el 31, 33 y 45, causantes del 10% al 15% de los tumores malignos en el cérvix.
“Nosotros probamos la vacuna con tres dosis, pero, por algún motivo, algunas pacientes solo recibieron una o dos dosis. A todas ellas les hemos dado seguimiento durante más de una década, hemos visto cómo están los anticuerpos en todas y hemos visto las posibles infecciones en cada una. Diez años después podemos decir que no importa cuántas dosis haya recibido la persona, la eficacia se mantiene”, declaró Carolina Porras, una de las investigadoras de ACIB.
No obstante, estos datos aún no son suficientes para decir que una dosis basta y generar esto como recomendación de salud pública. Cuando este estudio se diseñó, su objetivo no era probar la eficacia de una sola dosis, si no más bien conocer las cómo se comportaba el cáncer de cérvix una de las provincias donde la incidencia y la mortalidad era mayor. Entre 1997 y 2014 el estudio analizó las características del cáncer de cuello uterino y, entre el 2004 y el 2006, probó la vacuna contra VPH Cervarix.
El estudio presentado en Sidney tomó en cuenta los datos de la mujeres que fueron vacunadas en aquel entonces.
Sin embargo, los investigadores son conscientes de que sí era necesario un estudio dedicado a medir la eficacia de una sola dosis. Por ello, la ACIB aplica desde mediados de año el estudio ESCUDDO (Estudio Comparativo de Una y Dos Dosis). Más de 20.000 costarricenses serán analizadas para determinar si la protección es necesaria.
“En el estudio con solo guanacastecas el objetivo no estaba orientado a dar una sola dosis o dos y luego compararla, las personas que recibieron menos fue porque así lo quisieron, pero el estudio no se diseñó para eso. Entonces esto nos da una base para esperanzarnos de que podría llegar a ser que con una dosis sea suficiente, pero para eso hay que esperar todavía al menos unos cuatro años a que se vean los primeros resultados de ESCUDDO”, aseveró Porras.
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El por qué de la vacunación
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La vacuna protege contra los tipos de virus que están más relacionados con el cáncer de cérvix.
El VPH es un microorganismo de transmisión sexual. Trece de sus 150 cepas pueden infectar células del cérvix. Casi siempre, el cuerpo combate la infección y la elimina por sí mismo, pero a veces se forman lesiones que, con los años y si no se tratan, derivan en cáncer.
Otros estudios han vinculado este virus con cáncer de ano, cáncer de vulva, pene, verrugas genitales y varios tipos de tumores orales.
Anualmente en Costa Rica son detectados unos 400 tumores de cuello uterino. La incidencia (número de casos nuevos por año) y mortalidad han bajado: en el 2000 la incidencia era de 50,5 por cada 100.000 mujeres y la mortalidad, 7,8 por cada 100.000. En el 2013 fueron de 27,1 y de 5 por cada 100.000 mujeres, respectivamente.
¿Por qué es importante saber si una dosis es suficiente? Porque esto podría hacer que la protección llegue a más mujeres. Esquemas de una sola dosis podrían llegar a presentar una solución en los países pobres, donde hay menos posibilidades de tener la vacuna en el sistema público de salud si se utilizan dos o tres dosis.
“En los últimos años de investigación hemos aprendido muchísimo sobre el virus del papiloma, y hemos comprendido mejor su vínculo con los tumores de cérvix, vulva, vagina, pene y orofaringe. Encontrar la causa y que alguien descubra una vacuna es un gran logro. El problema ahora es el acceso. Los países más pobres no pueden tener acceso a ella y aplicarla como medida de salud pública”, aseguró en una entrevista anterior Rolando Herrero, médico costarricense de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), quien durante años ha investigado las características del VPH y su impacto. El es parte de este equipo investigador.
Según dijo, el asunto va más allá de si las naciones pobres puedan pagar o no la vacuna, sino que también tengan los recursos para preservarla en frío y que se mantengan sus propiedades, así como tener personal calificado para trabajar con ellas.
“El que una sola dosis sea eficaz podría hacerla más accesible”, añadió.
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La vacuna en Costa Rica
Quien quiera vacunarse contra este virus puede hacerlo en el mercado privado desde el 2007. Allí se encuentran dos vacunas principales: la Cervarix de GlaxoSmithKline y Gardasil, de la farmcéutica Merk.
En junio pasado, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anunció que aplicará la vacuna contra VPH a niñas de 10 años como parte del esquema básico de vacunación.
Incluir esta vacuna en el esquema tomó varios años de análisis y estudios de costo-eficacia.
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¿Es segura la vacuna? Especialistas aseguran que sí
Los investigadores y especialistas médicos sostienen que, pese a algunas denuncias, la vacuna es completamente segura.
En Colombia, un grupo de niñas aseguró que esa vacuna, pero de otra casa farmacéutica, les generó lesiones que van desde dificultad para caminar hasta parálisis total.
En abril pasado, una costarricense también denunció que la misma vacuna que provocó controversia en Colombia la tiene con parálisis desde hace un año.
No obstante, los especialistas señalan que cada vez hay más pruebas de la eficacia y seguridad de esta vacuna.
“En el congreso en el que estamos aquí en Sidney se han presentado más estudios que hablan de la seguridad de la vacuna. Más bien, una de las preocupaciones es que si se bajan las tasas de vacunación por culpa de quienes tienen voces alarmistas, más bien vayan a aumentar los casos de cáncer de cérvix”, apuntó Porras.
Aimee Kreimer, epidemióloga del NCI, expresó en una entrevista anterior que esos casos son anecdóticos y no se puede comprobar con exactitud que son causados por la vacuna; tampoco se comparan a “las miles de mujeres que han sido beneficiadas con este medicamento”.
Herrero coincide: “ningún fármaco es 100% seguro, pero el Comité Asesor Global de Seguridad de las Vacunas sigue recomendando su uso. En muchos casos son problemas de salud que coinciden con el tiempo en el que se hizo la vacunación, pero no quiere decir que sea la vacuna la que haya causado esos males”.
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