Los estallidos de las bombetas tan comunes en esta época del año, son una verdadera tortura para muchos perros. ¿Por qué? Resulta que ellos tienen un sentido del oído mucho más desarrollado que el nuestro, tanto así que el impacto producido por los fuegos artificiales se percibe tres veces más en los caninos.
¿Cómo reaccionan ante un estruendo así? El veterinario Alonso Mora de la Veterinaria Moralva, explicó que todo dependerá del perro y qué tan nervioso es. Algunos entrarán en pánico, se pondrán estresados y entrarán en estado de alerta.
Estas sensaciones pueden llevarlos a querer escaparse o incluso, podrían tornarse un poco violentos ante ese ruido sorpresa y que, para ellos, no tiene explicación alguna.
También hay señales físicas que denotan que el animal está alterado: salivación excesiva, pupilas dilatadas, llanto, incremento de la frecuencia cardíaca.
Si no logran tranquilizarse este cuadro de pánico podría llevarlos incluso a presentar problemas cardíacos y morir. Asimismo, se han visto casos de perros que se ahorcan porque estaban amarrados y nadie vio lo alterados que se pusieron.
Medidas prácticas
La buena noticia es que existen estrategias que podemos seguir antes y durante los fuegos artificiales para evitar que todas estas situaciones ocurran. Veamos.
Terapia previa. De 30 a 15 antes de las festividades, conviene iniciar una terapia para desensibilizar a la mascota. Entre las alternativas está ponerle música relajante o familiarizarla con sonidos agudos incluso de bombetas. Eso sí, se debe comenzar con un volumen bajo y subirlo gradualmente. En Internet hay muchas opciones.
Ayuda de productos naturales. Sí, a ellos también se les pueden dar ansiolíticos, preferiblemente naturales, pero recetados por el veterinario que siempre atiende al perro y conoce si padece de algo, tiene sobrepeso u otras características específicas. Solo este profesional podrá decir qué producto y qué dosis.
Los aceites, como el de lavanda, también podrían ser relajantes. Estos pueden aplicarse detrás de las orejas o en las palmas del perrito o bien, colocarse en difusores para que puedan olerlos.
Vaya un paso adelante. Desde ya revise la casa o el patio para cerrar cualquier espacio que le permita al perro escaparse. Colóquele una placa de identificación y si, por fuerza mayor, tuviera que amarrarlo, no lo sujete a un punto. Emplee un cable que le permita al animal moverse de un lado a otro.
Busque un arnés o hágalo. En Youtube hay tutoriales que le permitirán elaborar un arnés o sujetador que simule un abrazo. Este tipo de producto le genera seguridad al perro y le hace liberar endorfinas; por lo tanto estará más tranquilo. En las tiendas de mascotas y veterinarias puede encontrar algunos ya hechos.
¡Llegó el día! Llévelo temprano a jugar o caminar para que esté cansado en la noche. Si aplicó la terapia de desensibilización, repítala este día (ponga música, haga ruidos). Durante los fuegos artificiales lo ideal es estar con ellos, pero si no puede, sería conveniente dejarlos con alguien que les transmita confianza.
Vigile y respete. Observe las reacciones del perro, si lo nota alterado, actúe con tranquilidad para no transmitirle sensaciones negativas. Si ve que se oculta en un rincón pero está calmado, déjelo ahí quedito. Y si se pone agresivo, tenga cuidado para evitar un accidente.