La pimienta es probablemente el más utilizado de todos los condimentos. Eterna compañera de la sal en toda mesa y casi toda receta, esta especia originaria de India se ha utilizado desde la Antiguedad. Su popularidad en la cocina se debe al sabor y aroma que le da a la comida, pero, aunque no todos los comensales lo saben, este fruto además posee muchas cualidades medicinales.
Para empezar, es un excelente aliado de la digestión. Basta que este condimento toque las papilas gustativas en nuestra lengua para que nuestro cerebro envíe una señal a nuestro estómago de que debe secretar los ácidos necesarios para digerir los alimentos que vienen de camino. Esa alerta temprana permite una digestión más rápida y menos molesta de los alimentos.
Además, se le conoce a la pimienta la bondad de evitar la formación de gases intestinales y su propiedad diurética.
Como si eso no fuera suficiente, la pimienta posee otra interesante propiedad: es capaz de evitar la absorción de la grasa.
En busca de agentes naturales capaces de contribuir en la lucha contra la obesidad, un equipo de investigadores surcoreanos decidió examinar cómo es que la pimienta puede contribuir a la lucha contra la obesidad.
Los científicos, liderados por Soo-Jong Um, de la Universidad de Sejong, se concentraron en la piperina, una sustancia de la pimienta que le da su sabor, pero que además es el secreto de este condimento para evitar que se acumule grasa en el cuerpo.
¿Cómo lo hace? Tras varios estudios moleculares, Soo-Jong Um y sus colegas determinaron que la piperina logra interferir en la expresión de varios genes necesarios para crear nuevos adipocitos, las células de tejido grasoso donde se acumula la grasa.
La obesidad se da cuando comemos más de lo que el cuerpo requiere para funcionar. Ese exceso de energía se acumula en el cuerpo como depósitos de grasa y es en los adipocitos, células del tejido graso, donde se acumula esas reservas de energía.
Cuando ya todos los depósitos están llenos, el cuerpo debe crear nuevos.
Para ello se da un proceso en cadena donde participan varios genes para hacer que células de tejido graso se diferencien y creen nuevos adipocitos; pero la piperina inhibe la expresión de algunos de esos genes, evitando la creación de las nuevas células.
Basado en sus hallazgos, publicados en el Journal of Agricultural and Food Chemestry , Soo-Jong Um confía en que la pimienta podrá contribuir a combatir, de forma natural, la obesidad.
Quizás en un futuro cercano exista una pastilla de piperina que nos ayude a evitar la acumulación de grasa en el cuerpo. Por ahora, recuérdese de echarle un poco de pimienta a su comida.