El psiquiatra Pinhas Dannon, investigador de la Universidad de Tel Aviv, Israel, asegura tener un tratamiento exitoso para aquellas personas adictas a los juegos de azar que están convencidas de que quieren dejar esa dependencia.
Su trabajo pretende ayudar a entre el 3% y el 5% de la población adulta que padece ludopatía, una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad de la persona de resistir los impulsos a jugar juegos de azar.
El ludópata juega para escapar de los problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad, apuesta más para intentar recuperar las pérdidas previas, y puede llegar a perder el trabajo, relaciones y hasta cometer delitos para obtener dinero para jugar.
Asimismo, el ludópata se siente inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar.
El tratamiento que propone Dannon busca disminuir la adicción de la persona por el juego cuando decide dejarlo.
Su estrategia es echar mano a un fármaco que se utiliza desde hace 20 años para ayudar a disminuir la satisfacción de tomar alcohol o consumir drogas en aquellas personas que son adictas a esas sustancias y las han dejado.
El fármaco se llama naltrexone. Es un antagonista de los opioides que logra disminuir las ansias por el alcohol y bloquea los efectos de las drogas opiáceas.
El fármaco debe ser tomado bajo la supervisión de un médico o un familiar que se asegure de que el paciente cumple con el tratamiento, y no puede combinarse con el consumo de alcohol o drogas.
Estudios anteriores han sugerido que la combinación de terapia grupal (como los grupos de Jugadores Anónimos) y naltrexone puede ayudar a un adicto a los juegos de azar dejarlos por completo.
El nuevo estudio de Dannon, dado a conocer en el XIX Congreso Europeo de Psiquiatría, efectuado en marzo pasado, comprobó eso, pero encontró que la terapia debe ser más prolongada para que tenga mayor efectividad.
Mientras que el estudio inicial aconsejaba aplicar la terapia y el fármaco a lo largo de seis meses, los estudios de Dannon apuntan a que el tratamiento se prolongue durante dos años.
Los datos lo respaldan: cuatro años después de la intervención, el 80% de quienes recibieron la terapia a lo largo de dos años se mantuvieron lejos de los juegos de azar, pero el éxito fue solo del 30% en aquellos que recibieron la terapia por solo seis meses.
Su estrategia podría ayudar a poner fin a un problema de salud pública. Desde 1992, la ludopatía es considerada una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.
En el 2008, en Costa Rica se declaró, mediante un decreto ejecutivo, la ludopatía como un problema de salud y de interés público y nacional.