Por eso, Badilla propuso cambiar esas estructuras tan rígida a través de las tecnologías.
Gracias a estas, “el aprendizaje se volvió obicuo. Ya no hay que ir a un aula para tener un aprendizaje válido”, dijo Badilla y agregó: “El planeta es el aula y por tanto, todos tenemos responsabilidad ante las nuevas generaciones”.
Para ello, Badilla hizo tres propuestas a manera de retos: salirse del aula, convertir todo espacio público en espacios de aprendizaje y todos tenemos que convertirnos en docentes y aprendices.
¿A razón de qué? “Porque el aprendizaje es netamente social”, concluyó Badilla.
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