La identidad de una nación se forja, en buena medida, gracias a las tradiciones que heredamos de los ancestros y replicamos en nuestra descendencia. En el proceso intervienen muchos actores, siendo la familia y los centros educativos dos de los más relevantes.
Hoy, desde estas páginas, echamos un vistazo a algunas de ellas y nos detenemos en la situación de nuestro instrumento nacional, así declarado por decreto en agosto de 1996.
Lo hacemos porque a la marimba le ha tocado enfrentarse este año con una sentencia que no debe pasar inadvertida: un grupo de experimentados marimberos dijeron que el futuro del instrumento está amenazado porque empiezan a escasear los ejecutantes y los fabricantes.
No obstante, en Santa Cruz, Guanacaste, la historia parece ser otra. ¿Debemos preocuparnos?