La compañía aeroespacial SpaceX culminó exitosamente una misión técnicamente compleja: lanzar al espacio un cohete Falcon 9 con 11 satélites a bordo y luego hacer regresar a la Tierra uno de sus componentes, llamado lanzador o acelerador.
La proeza fue aplaudida por distintas personalidades de la industria aeroespacial.
El cohete despegó sin contratiempos, a las 7:29 p. m. del lunes (hora de Costa Rica), desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos, y llevaba a bordo 11 satélites de comunicaciones, operados por la compañía Orbcomm.
Minutos después del lanzamiento, el primer cuerpo del cohete o lanzador –que le da potencia de despegue– se desprendió, realizó un giro de 180 grados y comenzó su regreso a la Tierra de manera controlada.
Lo que sucedió fue que el lanzador encendió de nuevo sus motores para ir descendiendo lentamente hasta la llamada zona de aterrizaje 1, ubicada a 10 kilómetros de distancia del sitio del lanzamiento. Mientras tanto, la otra parte del cohete siguió su ruta para colocar los 11 satélites en la órbita terrestre. “Creo que se trata de un momento revolucionario”, declaró el magnate, Elon Musk , director de la compañía.
“Lanzar un cohete al espacio es difícil, aterrizar uno de forma segura es aún más difícil. Felicidades Elon Musk y equipo de SpaceX”, escribió en su cuenta de Twitter el astronauta Scott Kelly, quien actualmente participa en una misión de un año en la Estación Espacial Internacional.
El primer astronauta canadiense en realizar una caminata espacial, Chris Hadfield, también agradeció, vía Twitter, a SpaceX por “abrir una nueva puerta para viajes espaciales”.
La tercera es la vencida. Si bien esta es una hazaña exitosa, ya otra compañía privada lo había logrado antes : Blue Origin , fundada por el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos.
Antes de este lanzamiento, SpaceX había realizado dos intentos fallidos por recuperar el cohete y traerlo seguro a Tierra. El 16 de enero pasado, una cápsula Dragon fue lanzada con carga rumbo hacia la Estación Espacial Internacional; sin embargo, fracasó en su intento de aterrizar sobre una plataforma que flotaba en el océano Atlántico y explotó.
En un segundo intento, en abril, un cohete Falcon 9 nuevamente falló al intentar posarse en una plataforma flotante. El objetivo de ambas empresas es poder reutilizar cohetes.