En un futuro, los pacientes con osteoporosis no deberán someterse a inyecciones diarias para controlar su enfermedad.
La implantación de un chip que regule la cantidad del fármaco que la persona necesita y la hora a la que debe recibirlo podría ser la solución.
Este dispositivo ya fue probado con éxito en un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). El microchip se implantó debajo de la piel del vientre en siete mujeres de entre 65 y 70 años de edad.
La investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine , señala que el microchip tiene un tamaño similar al de un marcapasos.
Este dispositivo se implantó debajo de la piel a nivel de la cintura de la paciente. Para ello se utilizó anestesia local.
“Cada procedimiento duró menos de 30 minutos. Las pacientes pudieron irse caminando a casa in mediatamente”, comentó, en un comunicado de prensa, Pia Georg Jensen, una de las investigadoras.
Farmacia bajo la piel. El dispositivo contiene las dosis diarias de medicamento dentro de pequeñas cajas que se abren al seguir un horario que se programó previamente. Al llegar la hora indicada, al chip se le da una señal inalámbrica para liberar el fármaco.
Cada caja está cubierta por una capa diminuta de oro que protege el fármaco e impide que se salga. La señal inalámbrica hace que el oro se disuelva y permite que el fármaco entre en la sangre.
Tras 12 meses, los investigadores hallaron que el tratamiento mejoraba la formación ósea y reducía el riesgo de fractura del hueso. Además, esta nueva técnica resultó tan eficaz como las tradicionales inyecciones de medicamento.
No obstante, aún faltan estudios. Los científicos creen que pasarán cinco años para que el producto esté disponible en el mercado.
“Este experimento demuestra cómo un medicamento puede administrarse con un pequeño dispositivo que puede monitorearse y controlarse de manera remota”, dijo Robert Langer, coordinador de la investigación,
“Esto podría dar esperanzas de una forma de telemedicina”, añadió el investigador al presentar ayer los resultados en la reunión anual de Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés).
Por el momento, el producto representa dos problemas: el primero es que en algunas mujeres se formó un tejido de colágeno alrededor del microchip, pero no se demostró que esto sea dañino.
El segundo problema es el precio del dispositivo: se calcula que podría estar entre los $12.000 y $15.000 (entre ¢6 millones y ¢7,5 millones).