22-01-13 Residencial Los Colegios, Moravia, San Jos. Casa de habitacin de los padres de Arturo Gonzlez. Hombre de 43 aos que perdi ambos rios debido a una infeccin. Por medio de la red social Facebook, Arturo busca donantes de rin para hacerse un transplante. Foto: Luis Navarro (Luis Navarro)
Un hombre de 43 años espera ansioso, frente a la pantalla, que algún “amigo” le salve la vida. Ya agotó casi todas las opciones y entonces hace un intento desesperado: pedir un riñón vía redes sociales.
Además de estar dispuesto a despedirse de un órgano, el candidato debe tener tipo de sangre O+, estar libre de diabetes o presión alta (al igual que sus padres) y, ojalá, tener menos de 50 años.
Lo ideal es que este quiera proceder con la operación antes de marzo. Todo eso lo especifica el hombre en su más reciente post.
La curiosa “campaña cibernética” de Arturo González empezó a mediados del 2012, unos tres años después de haber perdido su primer riñón. Él publica en español e inglés, para agotar posibilidades.
Una serie de quistes e infecciones ocasionaron primero la eliminación de su riñón izquierdo y en marzo pasado del derecho.
Sufre de insuficiencia renal crónica avanzada, y desde entonces, se mantiene con máquina de riñón artificial; perdió peso, se vio forzado a dejar el trabajo de oficinas (como director comercial), evitar el ejercicio y someterse a dieta estricta.
“Mi energía bajó sobre todo este ultimo año. Siempre duermo muy mal, no puedo tomar más de litro y medio de agua al día y son muchos medicamentos”, explicó el vecino de Moravia, padre de dos hijos.
González está asegurado por el Instituto Nacional de Seguros (INS), no por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y asiste a hemodiálisis tres veces por semana en la Clínica Bíblica, único centro privado que ofrece el servicio.
Acudió a Facebook desesperado, no porque no aparecieran donantes potenciales “de boca en boca”, sino porque todos los que aparecieron, desde el 2011, se echaron para atrás por arrepentimiento o algún tipo de complicación.
“Yo ya estoy muy cansado de este asunto, no puedo más. En Facebook topé con mucho apoyo, muchos ‘repostearon’ el anuncio para que lo vean sus amigos, todos están conscientes”, dijo González.
Desde su primer post, dos mujeres se ofrecieron a donar, pero a la hora del “juicio final” nada se concretó. Una de ellas apareció hace tres meses y se arrepintió. La otra se ofreció hace dos semanas, pero aún no tiene 18 años, que es la edad mínima permitida para hacerlo.
Este es el primero de estos casos – públicos, al menos– que sucede en el país. Además de Facebook, González planea publicar su petición en redes como Twitter y Linkedin.
Álvaro Herrera, jefe de Nefrología del Hospital San Juan de Dios, conoce esta “campaña” vía redes sociales y reconoce que en estos casos podrían surgir “ganancias secundarias” o pagos ilegales. Para evitarlo, dijo, en los centros médicos aplican antes una serie de pruebas psicológicas a los candidatos.
Desorden. La falta de organización y caos en el tema de trasplantes aún vive en los hospitales de la Caja: no comparten las listas de espera de quienes requieren un trasplante, no hay supervisión institucional que garantice que las personas fallecidas puedan donar, ni tampoco protocolos para el traslado de órganos o bases de datos con la cantidad de pacientes que los necesitan. Así lo reconoció, en octubre pasado, Álvaro Meoño, del Centro de Trasplante Hepático de la Caja. Mientras tanto, en la Asamblea Legislativa hace fila un proyecto para poner orden en este campo.