Se trata de una prueba de sangre que buscará el gen APOE4, que se considera un factor de riesgo para esta enfermedad.
De esta forma se sabrá qué personas tienen un factor de riesgo (además de los factores ambientales) que pueda hacer que este mal se desarrolle.
“El alzhéimer tiene un componente mixto de factores genéticos y ambientales, aunque el ambiente y los malos hábitos de vida tienen el mayor peso en el desarrollo del alzhéimer, tampoco podemos obviar la parte genética”, comentó Alexánder Parajeles, jefe de Neurología del Hospital San Juan de Dios.
Los especialistas aseguran que esto no puede hacer desaparecer la enfermedad, porque aún no hay vacunas ni curas, pero sí puede hacer que ésta se enfrente mejor y darle más calidad de vida al paciente.
“Podemos comparar esto con las medidas que se toman para los sismos; no podemos evitar que pasen, pero sí estar preparados. De la misma forma, tal vez no podamos evitar la demencia pero sí decir ‘mi cerebro está equipado’”, afirmó Jenny Mora, de la junta directiva de Ascada.
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que comienza con la pérdida de la memoria, dificultades de aprendizaje y luego se pierde independencia y funcionalidad.
En el mundo hay 36 millones de personas con esta enfermedad. En Costa Rica no hay datos de cuántas personas la padecen, pero estimaciones de Ascada hablan de 50.000 ticos.