Los azúcares solubles de la corteza del eucalipto, como la glucosa, la fructosa y la sacarosa, fermentan en contacto con levaduras y producen el etanol.
“La industria de la celulosa desecha mensualmente una gran cantidad de este residuo. Cada tonelada puede generar 200 kilogramos de azúcares, volumen suficiente para producir 100 litros del biocombustible”, explicó a Tierramérica el químico Juliano Bragatto, responsable del proyecto.
“Rompiendo (la estructura de) la celulosa, podemos conseguir 94 litros adicionales. Las investigaciones proseguirán y probaremos algunas variedades de eucalipto”, agregó.