Posicionarse ante el lente de una cámara y esperar la cuenta regresiva hasta el “¡al aire!” ya no le reviste de nervios en lo absoluto a Javier Rojas, el periodista deportivo con la voz profunda y los comentarios picantes de radio Columbia.
Un “Qué gusto me da estar con ustedes, queridos costarricenses, en este primer programa” –con un tono ronco y las erres muy recalcadas que delatan su paso por la radio– fue la frase que marcó este lunes el regreso de Rojas a la televisión nacional, con la primera emisión del programa Bola al centro , que se transmitirá en tiempos del Mundial de Brasil, a través del canal TD+ de Cabletica.
Hará poco más de una década desde que este personaje se alejó de los estudios televisivos para concentrarse solo en la radio, su primera pasión, esa que se complementa a la perfección con los dimes y diretes del fútbol.
Esta vez, tiene como contertulios a los exfutbolistas Hárold Wallace, José Manuel Chirimba Rojas y Claudio Fabián Ciccia, un defensor, un volante y un goleador, respectivamente. Desde el centro del set, un balón Brazuca hace honor al nombre del programa.
Rojas, quien fue enviado especial a todas las copas del mundo entre Alemania 74 y Francia 98, está ahora por cumplir sus 76 años de edad. Su caminar es ahora algo pausado, pero no le baja la intensidad a sus acaloradas discusiones.
Él mismo definió Bola al centro como “un juego sin tapujos, sin amarras”.
Tan fuerte se tornó la discusión sobre los fichajes del seleccionador Jorge Luis Pinto, que antes de una pausa comercial la encargada de redes sociales del programa, Zianny ofreció a Rojas unos guantes de boxeo... pero no, él bromeó que prefiere pelear a la usanza antigua.
Rojas es de esos periodistas que defienden a toda costa su derecho a decir la verdad, y de los que se atreven a criticar en vivo que sus colegas de la prensa fueron los responsables de que Pinto dejara por fuera de sus 23 convocados al mediocampista Carlos Hernández.
“Me quedo con mi señora en casa en el momento en que ya no pueda decir lo que quiero”, dijo, y arrancó así algunas risas entre el poco público que estaba presente en el estudio Marco Picado de canal 7, en La Sabana.
Fuera de cámaras. Cuando faltaba un cuarto de hora para por fin entrar al aire, los nervios estaban de punta entre el staff que corría de un lado a otro para conseguir la Brazuca y afinar los últimos detalles.
El silencio era casi sepulcral en el estudio y tan solo se oía al periodista Daniel Quirós a través de un parlante, mientras presentaba la sección deportiva de Telenoticias .
Rojas, un decano del periodismo deportivo nacional, tomaba apuntes a mano en una hoja de papel y dejaba entrever un estado de completa concentración. Todos los datos salieron de su memoria, uno de sus mejores dones como periodista, según él mismo reconoce.
Todos estaban atentos al momento en que Rojas haría un pase en vivo al noticiero para invitar a ver su nuevo programa.
Luego del enlace, la adrenalina aumentó, menos en el forista principal del programa, quien asegura haber sentido mucha tranquilidad. Los demás panelistas tomaron su lugar en los banquillos al lado de Rojas.
Mientras tanto, una maquillista le daba unos toques finales con su brocha a Rojas para opacarle el brillo... o al menos el de su rostro, pues el de su picardía es imposible que pase inadvertido.
Su personalidad salió a flote un poco antes de que la luz roja de las cámaras se encendiera, cuando hizo pasar una vergüenza a Rándall Vargas, enviado de canal 7 a Brasil, cuando hacían pruebas de sonido.
¿Con quién tengo el gusto?
Con Rándall Vargas, aquí desde Sudáfrica.
– ¿Cómo desde Sudáfrica? ¡Río de Janeiro, hombre!
Fue inevitable. Las risas acongojaron a Vargas, pero lograron romper el hielo. Ahora sí, todos estaban listos para el triunfal regreso de Rojas a la pantalla chica.