El principio, y fin, del programa es sencillo (no podía ser de otra manera): burlarse públicamente de un amigo, forzándolo a cometer estupideces delante de gente que no tiene la más remota idea de qué le sucede al baboso que tiene al frente.
Ninguno de los compas se salva de hacer un papelón; pero aquel que acumule más fracasos en superar los ridículos y absurdos retos será humillado todavía con más fuerza y sin el menor remordimiento: así es como termina cada programa
Esas son las reglas del juego y, así, conquistan audiencias.
Impractical Jokers es el programa en el que Brian Quinn, James Murray, Joe Gatto y Sal Vulcano –quienes se hacen llamar The Tenderloins – se tiran a la calle a jugarse bromas entre ellos. A veces, ni ellos mismos se aguantan la risa al ver el “calibre” de la prueba.
El escenario es la ciudad de Nueva York, una urbe acostumbrada a ver gente estrafalaria como si tal cosa.
Las pruebas a las que son sometidos cada uno de los cuatro tienen que ver más con el ridículo que con la vulgaridad y la patanería. No es Jackass y eso ya es ganancia.
Bromitas
Un día de tantos, salen a la calle a recolectar firmas para una buena causa: que pare la llovedera, ya que mucha gente anda mojada.
En otra oportunidad hacen circular una petición para que se detenga la discriminación contra los hombres con el pene pequeño..., y así por el estilo.
Quien tenga la “buena fortuna” de ejecutar las preguntas recibe detalladas instrucciones de qué y cómo preguntar.
Obviamente, una pregunta puede ser más absurda y descabellada que la otra, lo que hace que el “preguntado” se cuestione sobre la sanidad mental del “preguntador”.
Dentro de una camioneta, los otros tres siguen las incidencias y angustias, mientras se desternillan de la risa y aguzan el ingenio para que el compa se hunda más en el ridículo.
En síntesis, es un programa que pone a cualquiera de cabeza, como suelen hacer los programas de cámara escondida ( candid camera , en inglés).
La variante es que la tomadura de pelo se la llevan los integrantes del show , no gente de a pie (como sucede en la gran mayoría) o alguna celebridad (como las bromas de Ashton Kutcher en Punk’d).
El año pasado, Impractical Jokers tuvo un rating promedio de 2,1 millones de televidentes y se enlistó como uno de los cinco programas de cable más visto entre adultos jóvenes.