Dice que no teme envejecer, pero al ser algo inevitable, desea hacerlo con la mayor dignidad posible. Ese es el objetivo que se ha planteado recientemente Gwyneth Paltrow, quien asegura que lo que más odia de su cuerpo son las arrugas de su rostro.
Para lidiar con este rechazo, la actriz, de 41 años, se realizó un tratamiento estético llamado Thermage, y que pretende eliminar la flacidez del cuello y la mandíbula.
“Funciona, pero es muy doloroso, es como si te golpearan con una banda de goma que tiene una descarga eléctrica”, comentó Paltrow a la revista ¡Hola!
Según dijo, no ha sido tan fácil lidiar con este indicador de que los años pasan. Además, afirma que su adicción al sol cuando era joven también le está pasando la factura a su piel en este momento.
Por lo pronto, no está dentro de sus planes someterse a alguna cirugía plástica para revertir esta situación, ya que aparte de este procedimiento, sigue un estricto programa alimenticio.