Profesora de televisión
En esta edición, la producción del primer programa del Reto centroamericano de baile le correspondió a Costa Rica, así que estuvo bajo la responsabilidad de Teletica Canal 7 y se llevó a cabo en el Estudio Marco Picado.
La iniciativa es muy importante porque nos permite conocer bailarines, presentadores, así como el nivel de la danza y de producción televisiva de cada país. Buena falta nos hace conocernos más en Centroamérica y, propuestas de esta naturaleza, nos llevan por esa vía.
En esta oportunidad, en vez de cuatro jueces, hay tres: Stephanie Stevenson, de Venezuela; David Nieto, de Ecuador, y Ashlé Dawson, de Estados Unidos. Un jurado con excelente currículo y mucha experiencia en el campo de la danza, lo que ayudará a crecer a nuestros
bailarines y coreógrafos, al mismo tiempo que los dará a conocer en otros ámbitos.
El concurso se organizó por equipos, compuestos por tres parejas cada uno; este aspecto da más colorido, movilidad y trabajo coreográfico a cada presentación.
El día de la apertura de la gala hubo mucho nerviosismo, lo cual se reflejó en algunas equivocaciones de las presentadoras y el presentador a la hora de seguir el guión de la producción. En esto, quien más pecó fue la presentadora panameña, le costó relajarse, hablaba muy rápido y, en algunas ocasiones, era difícil entenderle. Luego fue relajándose y mejorando.
El excelente trabajo de preproducción desplegado por el canal 7 se vio afectado por dos aspectos: primero, al principio, las proyecciones en las pantalla del fondo y de los lados, así como del exceso de luz de colores, proveniente de las esferas de luces o de las luces inteligentes, competían con las coreografías de los grupos de bailarines, y creaban ruido comunicacional. Lo más importante en estos programas son los bailarines, así como sus coreografías, no el derroche de tecnología y el juego casi pirotécnico de la producción.
El segundo problema fue la caída de una esfera de luz cuando Édgar Silva entrevistada a la cantante Adri Lobo. Aunque visualmente se resolvió con mucha rapidez, gracias al profesionalismo y la rápida acción de la dirección del programa, de los asistentes en el set, así como de la actitud y la experiencia del presentador, el accidente pudo haber sido serio si la esfera hubiera golpeado a alguien.
Un acierto fue presentar a la cantante Adri Lobo, orgullo nacional, excelente manejo de la voz y dominio escénico. Ella sola llenó el escenario, la coreografía presentada en su segunda interpretación estorbaba y no logró acompañarla.
La dirección de la gala estuvo bien, pero puede mejorar. Al inicio, hubo planos cenitales muy abiertos, el brazo o aguja con la cámara estuvo algo insegura al inicio de las tomas y del programa.
Una vez superado el nerviosismo del inicio, el programa fue creciendo en dinamismo, energía y confianza. Después de la caída de la esfera, pudimos ver mejor las coreografías y disfrutar del merengue y el disco.
En algunas coreografías, me faltó ver más merengue y disco, notar la comunicación entre las parejas, percibir la sensualidad, la seducción mutua que orquesta la danza, apreciar los pasos de cada baile y, después, si se quiere hacer acrobacia, pero que imperen el estilo y las formas de cada ritmo.
El guion de la producción llevaba implícita la cadencia del baile, gran acierto; mucha agilidad en más de 20 diferentes segmentos, tres presentadores, 18 bailarines, tres jurados, público asistente; la logística de la producción fue muy compleja, transmisión simultánea a tres países, tener listos los camerinos para cada país, el personal de maquillaje, los vestuarios correspondiente a cada coreografía, el transporte aéreo y terrestre, los ensayos, los hoteles, la producción de los reportajes acerca de cada grupo, de su coreógrafo y de los jueces, los pases para las entrevistas a cada grupo, la producción de las cortinas entre los segmentos y la publicidad, que fueron muy hermosas, creativas y diferentes.
Me llamó la atención hasta la pauta publicitaria, la mayoría de los spots eran de 15 segundos y algunos de 30, solo se repitieron tres a lo largo de las dos horas, lo que dio mucha variedad y logró que una, como espectadora, viera los comerciales porque en su mayoría fueron ágiles, diferentes, creativos y cortos, con excepción de unos pocos que siguieron las recetas de siempre y pecaron por monótonos y predecibles.
La idea de este tipo de producciones organizadas entre varios países del Istmo es excelente, aún más cuando podemos conocer algo de la cultura de cada pueblo, escuchar, familiarizarnos y mezclar los distintos acentos, intercambiar visiones de mundo en las entrevistas, ver otras comidas, conocer nuevos giros de la danza o del idioma, es excelente. Solo esperamos que esta gala pueda abarcar algún día cercano a los demás países del Istmo. Muy bien el arranque de Canal 7, ahora a disfrutar con el segundo programa de la serie en El Salvador, este 3 de marzo, desde el Foro 4 del Canal 2 y, además, por supuesto, degustar la calidez de su gente, las pupusa y la Joya del Cerén.