9/10/11, Coronado, grupo nacional Sonmbulo. foto Adrin Arias
La expresión hogar, dulce hogar cobra un significado especial para la agrupación nacional Sonámbulo que, en casa, cerrará la gira que los llevó a recorrer con éxito parte del territorio europeo.
Con su hechizante música psicotropical, la banda quiere celebrar junto a sus seguidores los logros del recorrido europeo, que durante más de dos meses los tuvo presentándose en escenarios de Francia, Bélgica, Holanda, España y Suiza.
Será mañana, en el Club Pepper, en Curridabat, cuando los músicos de
Antes del concierto de mañana, los 11 músicos se sentaron con
“Fue una experiencia tremenda; nos abrió mucho la perspectiva y hay que rescatar la unión que se generó grupalmente”, recordó el vocalista Daniel Cuenca.
Durante su estancia en el Viejo Continente, la banda hizo un total de 26 conciertos, los cuales incluyeron su participación en importantes festivales como Pole Pole y Antillaanse Feest, ambos en Bélgica.
“El festival Pole Pole, en la ciudad belga de Gent, fue alucinante y nos abrió muchas puertas. Nos pusieron a cerrar un viernes y pudimos ver algunas banderas de Costa Rica”, recordó, con emoción, el trompetista Mario Vega.
De igual forma, el Antillaanse Feest, en Amberes, que es considerado uno de los más importantes de música latina en Europa, les sirvió para demostrar su talento y vivir una experiencia de primer mundo.
“Pudimos ver el gran profesionalismo con el que tratan a los músicos. Los técnicos muestran un gran respeto por los músicos”, destacó el cantante.
También tuvieron la oportunidad de tocar en escenarios más pequeños, pero la respuesta siempre fue la misma, ya que sintieron que los recibieron con los brazos abiertos, pese a la barrera del idioma.
“La reacción del público fue impresionante; la gente bailaba mucho y quería cantar las canciones. Nos dejó bien claro que la música sí es universal”, dijo el saxofonista Miguel Vega.
Una de las enseñanzas que les dejó su viaje por tierras europeas, fue el disfrutar de las cosas más simples y ver que la alegría puede brotar en el lugar menos esperado.
De hecho, uno de los conciertos que más los marcó fue el que realizaron en una prisión de máxima seguridad, en Bélgica, donde pudieron compartir con los privados de libertad en su terreno.
“A todos nos impactó. Cuando escucharon la cumbia, todos como que se liberaron y empezaron a bailar y a expresar toda esa carga musical que llevaban dentro”, relató Roberto Román, quien se encarga de las congas y voces.
“Ahí sentimos mucha identificación por parte de ellos, nos decían que éramos los mejores”, añadió el cantante.
“La verdad es nos dimos cuenta de que a la música sí la contemplan como un arte y se preocupan de que estés de la mejor manera. La vibra de la gente fue impresionante, solo se nos acercó buena gente; no tuvimos ninguna mala experiencia”, dijo el saxofonista Esteban Pardo.
Al interior del grupo también les sirvió para crecer en todos los aspectos, como personas y como músicos. Sonámbulo se hizo más grande en Europa.
“No es fácil mover a 11 personas y, en algún momento, surgió la propuesta de que viajáramos en formato reducido, pero no nos pareció”, recordó Cuenca.
Esa tiene que haber sido la mejor elección que pudieron haber hecho, ya que los unió más como banda y les hizo explorar nuevos territorios como músicos.
“Vivimos demasiada inspiración y, como resultado, la banda evolucionó: cada uno desde su instrumento se animó a probar cosas nuevas”, aseguró Pardo.
La respuesta que tuvieron en Europa fue inusual, según les dijeron, y por eso quieren repetirla, para cimentar su carrera en esos lados.
“La reacción no es normal; llevamos una propuesta diferente y la recepción de la gente fue impresionante. Uno sentía como que estaba en Costa Rica, cantando ante nuestra gente”, resaltó Pardo.
Durante su estancia, también tuvieron la oportunidad de realizar entrevistas con algunos medios de comunicación y explicar de qué se trata ese embrujo psicotropical.
Sin embargo, no hay mejor explicación que el verlos en vivo, y mañana usted podrá caer bajo este hechizo elaborado con son cubano, cumbia,
“Queremos que la gente participe de la gira; por eso quisimos hacer el cierre en Costa Rica”, concluyó Mauricio Ariza, de los timbales.