Desde que La Nación entrevistó a Sir Paul McCartney, el inglés dejó claro que estaba entre sus planes vacacionar en Costa Rica, pero la gran mayoría esperaba que esto ocurriera después de su concierto el 1.° de mayo.
Pero el ex-Beatle tenía en mente otros planes y por eso realizó un viaje relámpago a tiquicia. Según confirmó a La Nación la oficina de prensa de la Dirección General de Migración y Extranjería, Macca ingresó el sábado 26, a las 4 a. m. y permaneció en el país hasta el domingo 27 de abril, a las 11:51 a. m.
Según el registro de migración, el intérprete de Let it Be arribó al país por el aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia.
En su visita no vino solo, le acompañó su esposa, Nancy McCartney, el músico de su banda, Paul Wickens, y otras 10 personas.
Renato Herrera, promotor ejecutivo de la productora Ocesa (responsable del concierto) informó que solo están habilitados para referirse a lo relacionado con el concierto del jueves.
Testigo. McCartney esquivó a casi todos sus fans ticos, pero no a Armando Castillo . Este administrador de profesión y admirador de la carrera de Los Beatles recibió una alerta el viernes. El mensaje era directo: McCartney llegará el sábado al aeropuerto de Liberia.
Llamó a un cuñado y se quedó de ver con un tercer amigo en Liberia. A las 11 p. m. del viernes salieron con dirección a Guanacaste.
Dudoso, llegó con su pequeña cofradía hasta el aeropuerto; la primera buena señal de que la alerta era cierta fueron varios vehículos todoterreno con polarizado que aguardaban.
Reservándose el secreto del cómo, logró ingresar a la pista y en primera fila presenció la llegada del jet privado del Sir inglés.
“Primero bajan los de seguridad, asistentes y cuando ven que todo está en orden. McCartney bajó solo y yo lo llamo ¡Paul!, él vuelve a ver como diciendo ‘quién me llama’ y levantamos las manos. Él aún sin bajar nos vuelve a ver y levanta el pulgar como saludo”, aseguró este fan entusiasmado.
Unos cinco metros los separó del artista, pero para Castillo fue mucho más cerca de lo que jamás pudo imaginar que estaría del 25% de Los Beatles.
“Al verlo bajar uno siente una emoción indescriptible”, añadió.