Desde su fundación en 1993, en Cuba, la Camerata Romeu decidió romper convenciones en torno a la música de orquestas de cuerdas; por eso, este ensamble integrado solo por mujeres prescindió de los atriles con partituras, sus integrantes usan faldas a la rodilla –en lugar de los tradicionales pantalones o faldas largas– y tienen una postura única al tocar.
Según su fundadora, Zenaida Romeu, la idea es que mediante lo visual lograrán atraer a nuevos públicos, en especial a los jóvenes, a una música que consideraban poco atractiva.
Para demostrar que su propuesta además de poseer gran atractivo visual tiene una sonoridad impecable, ofrecerán recitales en el valle central y en el Pacífico central.
“Mi premisa es el respeto al otro, al que conoce como al que no, trabajamos durísimo (...). Espero que esta ofrenda de Cuba sea algo maravilloso. Tenemos la alegría y música de nuestro país para ponerla a consideración del público”, explicó la directora del ensamble.
Ellas se presentarán esta noche en el Teatro Nacional, como parte de las actividades del XXI Festival de Música Credomatic.
El programa que interpretarán está dedicado al repertorio cubano, como una forma de difundir la música de su nación, una de las razones por las que se fundó la orquesta al auspicio de la fundación del cantautor Pablo Milanés.
Romeu comentó que al comienzo del trabajo con las mujeres y los repertorios cubanos, otros señalaban su labor como algo peyorativo. Pero los años le dieron la razón, y lo asegura con una sonrisa en el rostro, al comentar que esas mismas personas ahora siguen sus pasos a la hora de elegir obras.
“El repertorio cubano para orquesta de cuerda creció (luego de la fundación de la camerata). Ahora quienes nos criticaban buscan obras que no estén grabadas y las orquestas hacen esta música”, añadió la directora.
Gracias a este trabajo de casi dos décadas, la camerata es una institución que pasa en constante gira, tanto a lo interno de Cuba como por el mundo; además cuentan con una decena de álbumes.