Enrique Bunbury entregó anoche un concierto en el que no escatimó en ofrendar alma, cuerpo y corazón en el escenario, en el Palacio de los Deportes, Heredia.
Pasó poco menos de dos años para que el músico español se reencontrara con el público costarricense, pero mucho sucedió en esos dos años. Lo más importante: que Bunbury lanzó un nuevo álbum, titulado Palosanto , cuyo contenido social y humanitario fue la principal excusa para su regreso al país.
Justamente fue con la canción Despierta –primer sencillo del álbum– que el artista comenzó el concierto, a las 8:18 p. m., luego de que en una gran pantalla en el centro de la tarima se proyectaran imágenes de una nave espacial navegando cerca del planeta Tierra.
Así de sencillo se creó la ilusión de que Bunbury aterrizó en el Palacio en una nave espacial, mientras sus talentosos músicos acomodaban los instrumentos y equipo.
Al unísono. Aproximadamente 3.000 personas disfrutaron de la presentación. La gran mayoría del público estaba familiarizada con las canciones de Palosanto , por lo que aquello fue un coro al unísono en cada tema.
Ese clamor del público tico causó que –durante muchas ocasiones– Bunbury sintiera ganas de caminar entre el gentío con tal de compartirles el micrófono y de cantar abrazados los unos a los otros.
Algunas otras canciones que sonaron, potentes e inoxidables, fueron El club de los imposibles, Los inmortales, Más alto que nosotros solo el cielo, El extranjero y Deshacer el mundo (tema de su anterior banda, Héroes del Silencio).
Al cierre de esta edición, el español tenía poco más de una hora sobre el escenario, y se calculaba que el concierto duraría una más.