Con lo que pasará esta noche, Rock en el Farolito va a salirse con la suya en eso de mostrar, realmente y con ingeniosa alevosía, un proyecto que por fondo y forma va contracorriente y que puede, sin temor a equivocarse, darse el lujo de decir que no se parece a nadie.
Para el que es el concierto número 50, fecha que no podía pasar desapercibida, Rock en el Farolito celebrará su estar en pie con aUTOPerro, un proyecto paramusical que bien podría tener encima la etiqueta de leyenda y hasta de mito urbano.
Y encajó como engranaje perfecto este trío de arquitectos porque, en sí mismo, el aUTOPerro tiene también un número al que sacarle provecho: celebran 30 años de trabajo.
“Como es el
Surgida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica en 1980, este proyecto toma fuentes electrónicas, acústicas y concretas, y las pone a trabajar con manifestaciones visuales y espaciales. Y como si fuera poco, emplea registros en pista e improvisaciones en vivo que va entrelazando. Su paleta estética resume protofuturismo tecnológico, música académica electroacústica y electro-alucinógena, visceralismo primitivo y roquero, y gargarismos extralinguísticos.
“Activismo sociopolítico contextualizado”, es como ellos mismos definen el contenido de lo que hacen.
A este trabajo que hacen los arquitectos Fernando Arce, Mauricio Ordóñez y Douglas Morales le faltan palabras para definirlo –¿o será que los discursos sobran?– sus seguidores, y admiradores, pueden pasar horas tratando de ubicarlo en el amplio y quebrado mapa de las definiciones de la escena musical local.
Tienen sintetizadores analógicos y digitales, fuentes acústicas y concretas (Fernando Arce); también tienen fuentes acústicas y concretas procesadas electrónicamente (Mauricio Ordóñez) y despliegue corporal (Douglas Morales) y eso hace que quienes conocen su trabajo afirmen que aUTOPerro lo que hace es un
“No sé si somos
Percusión hay en aUTOPerro, pero va y viene, el énfasis está en el timbre de los sonidos, en lo repetitivo. Para muestra... un aparato. Sí, en manos de aUTOPerro el sonido de una lavadora o de un taladro es percusión sin que este trabajado con una intensión percutiva.
“Podríamos decir que somos música electroacústica pero de la académica. Estamos también cerca del
Dentro de su discografía también cuenta la participación en la
Y será precisamente de su
En el caso del aUTOPerro, esta frase no es exagerada: verlos en vivo, y así, no pasa todos los días.
Es ahora o nunca para darse cuenta por qué algunas de sus piezas han sido incorporadas a la