Hace cinco años atrás, en el 2007, fue el video de Ska, calle y memoria –del Ska-calle, el único EP que corresponde estrictamente a la discografía de la banda– el que le permitió a La Milixia ser una de las primeras agrupaciones ticas de ska en entrar a la programación regular de VM Latino.
Aquello fue todo un logro para la banda. Apenas se había formado en el 2006, tras haber sido primero Milixia Urbana, que, como tal, tuvo una vida de dos años. Sí, era una desconocida en un género que tampoco era fácil de aceptar en los medios masivos: en ese momento una fusión de punk, ska y hardcore.
Pero la vida da muchas vueltas, y resulta que en el 2011, justo al cumplirse cinco años de Ska, calle y memoria, la canción que pusiera el nombre de La Milixia en el tapete, aparece el álbum debut con el mismo nombre de aquel tema y, entonces, La Milixia cierra un ciclo.
“En realidad, Ska, calle y memoria nos marcó. Es un estilo de vida ligado al grupo: el ska y la calle es algo que vivimos todos los días. Fue esa canción la que nos dio a conocer y le debemos mucho; con este disco también la homenajeamos”, confesó Donovan Camacho, cantante y letrista de las 11 canciones que contiene el álbum debut, pues la que abre es un tema instrumental, y entonces la suma asciende a 12 composiciones para este primer disco largo.
El ‘Soldado’. ¡Vaya que le costó a La Milixia llegar a tener un disco larga duración debut! Cinco años. Vio la luz el material en diciembre pasado, luego de que la banda ablandara el camino con Soldado, el punta de lanza que pusieron a circular en mayo del 2011.
Soldado no tenía las de ganar para la radio comercial. ¿A cuál estación que quiere ser “políticamente correcta” le interesaría catapultar un tema que fue compuesto en el contexto del golpe de Estado en Honduras, y que es una fuerte crítica al sistema militar?
Pero el Soldado hizo lo que tenía qué hacer: abrió puertas para La Milixia en territorios más efectivos para la banda, como las redes sociales y sitios de Internet.
La Milixia podía, entonces, darse por satisfecha con su Soldado. Con ese antecedente, apareció el álbum debut, haciendo un tejido entre el pasado y el presente de la banda, y arando un poco para el futuro.
“Creo que Soldado funcionó; mucha gente empezó a pedirnos esa canción y, con ella, también demostramos que La Milixia sigue siendo La Milixia, solo que teníamos que evolucionar”, explicó Camacho, dentro del contexto de que la banda no es que abandonó enteramente el punk-ska fusión, pero sí amplió su sonido al ser hoy una banda con elementos del rock, del reggae, del hardcore, del punk, del ska y otras fusiones.
Contracorriente. “Este es un disco de lucha”, así de concreto define Donovan Camacho el Ska, calle y memoria. “Este disco nos costó mucho que saliera; fue superar una cosa tras otra, pero, al final, aquí está y cerramos un ciclo”, dijo Camacho.
Las dificultades fueron varios cambios en las alineaciones y recursos que escaseaban para entrar al estudio, pero los superaron y, esperando el tiempo adecuado, terminó La Milixia con un disco grabado por el costarricense Eric Román y masterizado por Mario Siperman, tecladista de la argentina Los Fabulosos Cadillacs.
“Esa fue una gran experiencia para nosotros. Estamos muy satisfechos con el trabajo de Mario Siperman e incluso nos dio algunos consejos”, confesó Camacho.
Cerrar un ciclo de cinco años era lo fundamental para La Milixia, a la hora de crear el Ska, calle y memoria. El álbum debía mostrar el pasado de la banda –que implicaba desde temas hasta cómplices– y evidenciar el presente –y eso debía hacerse con temas nuevos y que demostraran su actual sonoridad–.
Fue así como decidió la banda que el disco debía abrir con Mental, una composición de Jorge Chinchilla, trombonista de la banda.
“Ese tema es como un viaje por La Milixia. Se escuchan en él todas las facetas de La Milixia y las influencias que tenemos, muy especialmente en los solos”, explicó Donovan Camacho.
El pasado de La Milixia se ve también claramente, al haberse incluido en el larga duración los temas que en el 2007 armaron el EPSka-calle: Ska, calle y memoria, Con mis manos, Igualdad, Sueño real y El viejo campesino.
Para efectos del disco larga duración, esos temas fueron vueltos a grabar y mejorados. Aquel EP circuló sin masterización versus el disco largo que pasó por las manos de Mario Siperman.
Fue con ese lote de temas, que La Milixia se defendió en seis ediciones del Skatedra Internacional y en tres del desaparecido Rock Fest, y compartió escenario con las puertorriqueñas Tavú y D’feckt y con las bandas argentinas Los Auténticos Decadentes, Todos Tus Muertos y Flavio Mandinga Project (exbajista de Los Fabulosos Cadillacs).
A pesar de que han pasado cinco años de la aparición oficial de aquel lote de canciones, todas siguen teniendo sentido en el 2012.
El viejo campesino, que habla sobre los problemas que llevaron a los agricultores ticos a dejar sus tierras y emigrar al área metropolitana, o Igualdad, que apuesta por condiciones sociales justas, son un buen ejemplo de la validez del texto de esas canciones.
“Lo que dice El viejo campesino se vive hoy; sigue la gente emigrando de la zona rural a la capital para encontrar una mejor vida y todo lo que eso a veces implica”, dijo Donovan Camacho.
Los de antes, amigos. Para terminar de establecer en el Ska, calle y memoria la historia de la banda, fueron llamados a grabar varios músicos que fueron parte de La Milixia.
Aparecen en el disco Sergio Lin Maraña (fue el primer baterista de La Milixia); Jesús Arce (percusión latina) y luego parte de DoGandul; JoeSax (saxofonista); Andrés Dr. Punky (luego trombonista de Calle Dolores) y Alejandra Hernández (hoy una República Fortuna).
Como invitados, por ser considerados leales, grabaron Hugo Villalobos (excantante de Mentados) y que aparece en Sueño real; Grettel Sibaja, de Scooter 79, en los coros, y Fernando Matamoros, de Mentados, en teclados.
La línea de tiempo de su presente la estableció La Milixia en el Ska, calle y memoria, con composiciones de reciente factura: Recuerda río, Soldado, Mirada al cielo, Junto a ti, No quiero olvidar y Hoy te vas, que aunque es de las primeras canciones compuestas por La Milixia, no había sido grabada sino hasta ahora, y fue abordada desde la nueva sonoridad de la banda.
“No sé por qué nunca grabamos esa canción. Pero es interesante porque es una balada de desamor. En el caso de Recuerda río, la escribimos a propósito de pertenecemos a la ONG Amigos del Río Paraná y era un canto para pedir que se frene ya con la destrucción de los ríos. La hicimos en el 2009”, recordó Donovan Camacho.
Ahora que el ciclo queda cerrado, La Milixia apura el paso. Grabará el video de Mirada al cielo y comenzará a trabajar en un segundo disco siempre, como dice La Milixia, con el puño en alto.