Pasarela universitaria mostró diversidad, color y muchas ideas

La jornada vespertina de ayer estuvo marcada por el ímpetu y la creatividad de jóvenes aprendices que “quieren ser grandes en el mundo de la moda”, tal como lo proclamó el crítico y periodista Tony Daza, minutos antes de arrancar la pasarela.

La Universidad Véritas fue la primera en desfilar y al inicio mostró a la audiencia los trabajos de estudiantes de primer año de la carrera de moda.

Diseños que a muchos podrían parecerles extraños y hasta estrambóticos, fueron proyectos estudiantiles que intentaron mostrar construcciones corporales a partir de una premisa: la necesidad que tiene el ser humano de habitar los espacios y crearse una imagen de sí mismo.

Así, vimos desfilar trajes con luces artificiales de colores, modelos con lentes al estilo buzo y creaciones poco convencionales para el ojo cotidiano. La exploración del cuerpo, las texturas y los materiales fue evidente.

“Fue una propuesta conceptual que es producto del entendimiento de la anotomía corporal del estudiante y cómo esta se proyecta en una materialidad que nace de su reconocimiento como individuo”, explicó Martín Rodríguez, director del programa Internacional de Diseño de Moda de la Véritas.

Enseguida, estudiantes de segundo año de esa misma universidad mostraron diseños que rompieron con el esquema del vestido clásico: exhibieron propuestas cargadas de estampación, formas y texturas.

Se trató de muestras más contemporáneas de vestidos drapeados, sin usar patrones de diseño.

Para cerrar con broche de oro, la Véritas expuso cuatro proyectos de graduación. Se trató de propuestas comerciales desarrolladas desde una marca propia y dirigidas a perfiles de usuarios específicos.

Una colección de vestidos de baño para mujeres que buscan corregir su silueta, además de una atrevida colección de inspiración indígena para quienes no temen sobrecargarse de elementos, texturas y colores, sobresalieron entre los proyectos.

Otra visión. En el segundo turno de la tarde, siete prometedoras diseñadoras –entre graduadas y estudiantes– sacaron la cara por la Universidad Creativa y llevaron hasta la pasarela colecciones de variadas inspiraciones.

El objetivo de la Universidad Creativa era, según lo expresado en un comunicado, que sus diseños no fueran solo conceptuales, sino que “con facilidad pudieran pasar de la pasarela al clóset”. De ahí lo aterrizado de sus propuestas.

Por eso, en la pasarela se vieron trajes de baño llenos de color y muchas transparencias, así como otros tipo de prendas con estampados, ejes y cortes inspirados en la natural criolla.

Otras colecciones, como la llamada Chicheme , sobresalieron por utilizar cuero y materiales naturales en todas sus piezas.

Los varones lucieron la colección 304028, de la marca Verte, una muestra de piezas tipo casual, de colores claros, en las que destacaba la elaboración de llamativos bordados. Completó la pasarela de la Universidad Creativa una serie de trajes inspirados en la mujer indígena de la época precolombina, con una llamativa mezcla de texturas y presencia de bordados.

Por último, lucieron bien las joyas de Amira Jalet, directora de la carrera de Joyería y Accesorios de la Creativa, en la colección Vikkela . La propuesta de amplios drapeados para mujeres “libres y apasionadas” se conjugó con gracia en este proyecto estudiantil.

Al final del duelo universitario solo hubo ganadores, pues las promesas creativas de ambas instituciones de educación superior fueron igualmente ovacionadas por los espectadores.