Con un sistema de juego muy diferente al que suelen usar, 14 jugadores de la Selección Mayor inauguraron el Festival de la Luz 2013 en su calidad de mariscales. Los futbolistas esta vez pudieron darse el lujo de no salir a toda máquina y, por el contrario, su ritmo fue pausado durante el recorrido a lo largo de la avenida segunda.
Álvaro Saborío marcó la apertura con un discurso más corto que inspirador: “Buenas noches Costa Rica y que arranque el festival”, dijo uno de los seleccionados más solicitados con gritos y vítores. Él fue uno de los pocos que se bajó del carro para fotografiarse con algunos de los presentes.
“Es bonito ver este ambiente en un escenario diferente al de siempre. Estamos acostumbrados a sentir este cariño en el estadio y nunca antes en una actividad cultural, lástima que, por seguridad, no podemos bajarnos mucho”, justificó el legionario Celso Borges, quien más temprano descendió para firmarle la camiseta a Maritza Viviana Acuña, una cartaginesa de 52 años que derramó lágrimas tras el gesto del jugador. “Los amo, es una emoción muy grande la que siento”, manifestó conmovida.
Sin embargo, no todos los presentes se sintieron a gusto con la actuación de la Tricolor. El joven Diego Castro, de Alajuelita, les gritaba “ahuevados, ahuevados”, después de hacer el intento de saludarlos sin recibir mayor respuesta. “Si van abriendo el festival deberían venir más sonrientes saludando a esta afición que es de ellos”, dijo molesto aludiendo a unos cuantos futbolistas que iban sentados, con el celular en mano o con cara de pocos amigos.
Entre los aficionados hubo quienes se preguntaban si en aquel carro iban el Mambo Núñez o Bryan Ruiz, sin saber que los 14 jugadores presentes son los que, en este momento, integran un microciclo de la Sele. Entre las caras conocidas se podía observar a Yeltsin Tejeda, El Chiqui Brenes, Michael Barrantes y miembros del cuerpo técnico, como Luis Marín, Paulo César Wanchope y el aplaudido Jorge Luis Pinto. “Nos estimula sentir el calor de la agente. Hacia ellos sentimos una gratitud inmensa”, comentó el director técnico.
Sin voz ni voto. En la tarima de la Municipalidad de San José, al pie de la agencia Toyota, Johnny Araya y Óscar López compartían una banca con seis campos de distancia. El verdiblanco y el candidato del PASE fueron los únicos aspirantes presidenciales que se hicieron presentes anoche.
La alcaldesa josefina Sandra García confirmó haber extendido una invitación formal a los 13 candidatos y se preguntaba por qué el resto de políticos no había llegado.
López, un recurrente crítico de Araya, ayer aceptó que el Festival de la Luz es una de las buenas obras durante su gestión como alcalde. “A pesar de nuestra adversidad política tengo que reconocer la humildad de don Johnny, quien es el papá intelectual de la actividad. Esta es una tradición del pueblo de Costa Rica que no se puede perder”, dijo.
Por su parte, Araya aceptó haber tenido una noche de sentimientos encontrados, ya que, por primera vez en 18 años de festival, no encabezó el desfile y tuvo que verlo desde la gradería. “Este es uno de los proyectos de los que más orgulloso me siento. Hoy estoy aquí como un espectador más, sintiendo satisfacción y también un poco de nostalgia”, comentó.
Se intentó localizar a otros aspirantes presidenciales para preguntarles por su ausencia.
De ellos, solo José María Villalta respondió y aseguró haberse enterado muy tarde de la invitación y ya tenía una gira programada por Puntarenas. COLABORÓ EL PERIODISTA MANUEL HERRERA.