La mezcla de la cocina latinoamericana y la caribeña encuentra en la cuchara cubana una excusa perfecta para fusionarse. El clima tropical de la isla se puede sentir en dos de sus platillos más tradicionales, que hoy conquistan el paladar de los ticos: la vaca frita y los tostones rellenos con picadillo de camarones.
Por su sabor y popularidad, los traemos hasta las páginas de esta sección, para que aprenda a prepararlos. Son recetas sencillas, con ingredientes muy conocidos, que se pueden preparar en la casa.
El primero de ellos, la vaca frita, consiste en falda de res fileteada (o mechada, como se prefiera), mojo cubano y unas buenas yucas fritas.
William Morales, chef de La Bodeguita del Medio, asegura que la personalidad pícara y alegre de los cubanos se refleja en la preparación de este platillo.
“Esos detalles son los que llaman la atención de este tipo de cocina: los cubanos se esmeran por hacerlo de la mejor forma y le ponen ese saborcito y esa sazón que los caracteriza”, explicó el chef.
La carne de la vaca frita se adoba con olores y especias, y se deja marinar por al menos 12 horas; de esta forma se asegura que la carne absorba bien la mezcla de sabores.
El secreto para capturar el sabor de la carne está en la forma de prepararla: los trozos no deben de ser muy gruesos ni muy delgados, y la textura de la misma debe ser suave, pero sin que se deshaga en la boca, esto para que el corte guarde bien el sabor del marinaje.
Se cocina a fuego lento con agua y especias alrededor de cuatro horas; luego, la falda de res se fríe junto con el mojo cubano (es una mezcla de cebollas, naranja agria, sal, perejil y ajo). La carne se sella por ambos lados, asegurándose de que quede con un color caramelo.
El toque final se lo pone la cebollita salteada y el laurel. En Cuba, esta carnita se puede acompañar con un rico arroz blanco o uno amarillo horneado con cerveza.
Dicen los conocedores de la cocina cubana que la vaca frita sabe mejor con un buen mojito. ¿Se anima a hacer la combinación?
Sabor del mar y la tierra. El tostón, que en Costa Rica es muy similar al patacón, es una deliciosa canastita de plátano verde que puede llevar diferentes tipos de relleno.
Es muy fácil de preparar: se hace una masa a partir del plátano verde frito (para suavizarlo), con la que se forman las canastitas. Estas se vuelven a freír para endurecer la pasta y así poder rellenarlas.
Uno de los rellenos más populares es el de picadillo de camarón. Solo imagine el sabor de unos camarones salteados en el sartén, picados en pequeños trocitos y bañados en la salsa criolla cubana. ¡De chuparse los dedos!
Si no sabe preparar esta salsa, acá le damos el secreto: es la combinación perfecta de fondo de pollo, cebolla, chile dulce, laurel, comino y bastantes tomates.
Así, en dos platos, llega hasta su mesa esa sazón inigualable de la cocina cubana.