Los Escape Rooms, la moda que nació en Japón, se posiciona en Costa Rica con cuatro salones donde los participantes deberán descifrar un acertijo o huir de una habitación en menos de 60 minutos.
Imagínese estar en un cuarto encerrado con siete de sus compañeros del trabajo o sus amigos del colegio. Frente a ustedes tienen una misión específica: escapar y para lograrlo deberán dejar atrás sus diferencias. Eso sí, solo tendrán 60 minutos para encontrar la salida. Esto no es un mal sueño –aunque parezca– sino un pasatiempo conocido como Escape Rooms.
Al entrar tendrán que dejar sus celulares atrás precisamente donde cuelgan tres fotografías de los equipos que han descifrado el acertijo en la menor cantidad de tiempo, una manera sutil del administrador de retar a los nuevos aventureros que se adentran en lo desconocido.
El objetivo esta vez es entrar en una tumba griega y hacerse con el tesoro. Una situación similar a las películas de Indiana Jones con el sombrero y el látigo. Créaselo, métase en el juego no sea un amargado.
La prueba arranca con desconcierto como si usted y sus amigos fueran unos ratones lanzados a un laberinto . Desde un cuarto totalmente aparte, el administrador ve sus movimientos y les da pistas a cambio de valiosos minutos que se esfuman rápidamente.
Hay caos. Nadie se pone de acuerdo y todo parece perdido hasta que un compañero se tropieza con una pista, un hilo de donde tirar. Se motivan y entienden la dinámica. Cada uno aporta a su manera, encuentran llaves para abrir candados, se colocan lentes especiales para leer un mensaje que no se pueden apreciar a simple vista.
De repente el tiempo de los equipos que colgaban en la entrada ya no parece inalcanzable.
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Usted y sus amigos se envalentonan y empiezan a derribar todo lo que se les pone por delante hasta alcanzar la última prueba del laberinto.
Hay tres cofres: Solo uno tiene el tesoro, uno tiene una penalización de 10 minutos y el otro es una derrota inmediata.
Por ahora, el tiempo ha sido perfecto, tienen el chance de romper el récord y estampar su fotografía entre los vencedores.
Sin embargo, un amigo la pifia monumentalmente y elige el cofre con el resultado siniestro. Pierden. No hay fotografía. Se ríen, vacilan y prometen volver a intentarlo con otro Escape Room, eso sí, esta vez sin el compañero que los embarcó.
Esta es la magia de los Escape Rooms, un pasatiempo que nació en Japón en el 2007 y su popularidad se extendió como un virus hasta llegar a Europa.
Este peculiar hobby se popularizó entre grupos de jóvenes estudiantes estresados o colegas que asisten a estas salas para fortalecer los vínculos laborales, el teamwork.
Los Escape tienen una oferta diferente que se desprende de las pantallas táctiles, los televisores y los controles.
Este pasatiempo se ha vuelto tan popular que se han desarrollado guías turísticas que giran alrededor de estos cuartos. Madrid, Tokio, Estocolmo y Amsterdam se han convertido en ciudades abanderadas por su amplia oferta de salas de escape. En la capital de España hay más de 120 juegos.
Las temáticas pueden variar al igual que los videojuegos o las películas. Por ejemplo, hay Escape Rooms que coloca a los jugadores en una tumba faraónica para desvelar un tesoro y escapar de la maldición de los antiguos reyes de Egipto.
Los Escape Rooms ticos
En Costa Rica se han abierto cuatro salas (Escape Room 506, Escape Room Costa Rica, Enigmata Escape Room y Escape Nosara), cada una cuenta con un estilo bien definido.
La sala Enigmata se ubica en Heredia por la Universidad Nacional y es administrada por Esteban Mata.
Este Escape Room ofrece dos opciones para entusiastas: la primera es La Aventura de Cronos, la cual se desarrolla en un salón ambientados con varios elementos de la mitología griega. El objetivo de este desafió es hacerse con un tesoro y luego escapar.
El otro desafío pondrá a los jugadores en los zapatos de un grupo de detectives de lo paranormal que deberán evitar que se realice un ritual que liberará a un espíritu maligno. Esta es una prueba solo para los que no se asustan fácilmente.
Mata combinó sus dos pasiones el cosplay y la ingeniería de sistemas para darle vida a estas atracciones.
Este profesional oriundo de San José confeccionó cada cuarto con la temática del juego y muchos de los acertijos tienen un sensor inalámbrico que se activa cuando los participantes logran avanzar entre los distintos acertijos.
El Escape en Nosara trata de rescatar las tradiciones costarricenses con un cuarto en el que los participantes deberán encontrar una reliquia de los chorotega para luego escapar. Esta atracción es administrada por el francés Maxime Viellard.
El Escape 506 se encuentra en Rohmoser y es administrado por Alejandro Espinoza. Esta atracción cuenta con dos cuartos que colocarán a los participantes en situaciones intensas como escapar de un casino o de un búnker que está a punto de explotar.
Por último, usted también puede vistiar el Escape Room Costa Rica que se ubica en Plaza Rose de Escazú .
Este local cuenta con dos atracciones que pondrán a los jugadores a robar nada más y nada menos que la Copa del Mundo y escapar del secuestro de un grupo Talibán.
¡Junte a sus amigos y prepárese para el gran escape!