En el salón de una antigua casa inglesa, que brilla con el lujo de antaño, el señor y su criada se retan en un juego que el espectador intenta descifrar. En este ambiente, Penúltima comedia inglesa , una obra tensa y misteriosa, se estrenará este jueves en el Teatro 1887.
La pieza, del chileno Marco Antonio de la Parra, será dirigida por Sergio Masís , y protagonizada por Arnoldo Ramos y Alejandra Portillo.
“Me interesó muchísimo por la forma tan ingeniosa como nos enfrenta a una realidad social y política, también muy latinoamericana, pero además por el juego que plantea”, comenta Masís.
LEA MÁS: Sergio Masís ganó el último concurso de dramaturgia inédita del Teatro Nacional
La obra ha sido una de las más reconocidas de Parra, dramaturgo y escritor chileno. “También es psiquiatra, lo cual se siente con fuerza por la manera en la cual lleva al público por ciertos rincones de su inconsciente y lo pone a jugar con juegos mentales”, asegura Masís.
Fuerza. Al director de la obra, esta situación tensa en un hogar perfectamente calmo y burgués le recuerda los trabajos de otro dramaturgo interesado por la frontera entre el erotismo y la violencia, el francés Jean Genet. Especialmente, recuerda Las criadas , una pieza en la cual dos sirvientas cometen un crimen horrible e inexplicable.
En esta ocasión, el escenario es la decadencia de la clase alta británica, la ruling class venida a menos a principios del siglo XX. Así, el señor aprovecha las ausencias de su esposa para intentar seducir a su criada.
“El asunto muta hacia niveles extraños donde uno empieza a sentir que no es el señor, ni ella la mucama, uno al principio lo identifica como un juego erótico”, explica Masís.
Temen lo que les acosa fuera de la casa y dentro de ella; temen a algo que la audiencia intenta descifrar junto con ellos.
“Tiene que ver con estas caídas de clase, donde millonarios ahora son clase media empobrecida, la clase media se encuentra desposeída y los pobres ya no están o murieron”, algo similar a lo que ocurre en América Latina, dice Masís.
“Por otro lado, por esta necesidad que tenemos de ser alguien que no somos, ostentar una posición económica que quizás no tenemos, poner la posición económica por encima de valores como paz, libertad”, añade Masís.
Para los intérpretes, este juego de poder se convierte en un desafío distinto. Masís confiesa que, inicialmente, él tomaría el rol principal junto con una colega argentina, pero que, al plantear el proyecto finalmente, eligió a dos actores más: Ramos y Portillo.
“La obra hace transitar al espectador por emociones muy contradictorias: desde momentos que te conmueven, a otros en los que sentís compasión e, incluso, momentos de rechazo”, afirma. “Para ellos, el reto era el manejo emocional, las transiciones, la psiquis de estos personajes”.
La obra se presentará en el Teatro 1887 , en el Cenac (antigua Fanal). La temporada se extenderá del 9 de julio al 1.° de agosto, de jueves a domingo, con función a las 8 p. m.
La entrada vale ¢5.000 para adultos y ¢2.500 para estudiantes y ciudadanos de oro con carné.
Este montaje forma parte del Programa de Producciones Concertadas de la Compañía Nacional de Teatro, antes conocido como Escena Viva.
Primera en este formato, es producida por la compañía, Ministerio de Cultura y Juventud, el Teatro Popular Melico Salazar y la Fundación Yicrá para las Artes Escénicas.