Proyector es un juego de observación, una cacería de miradas: los intérpretes se miran a sí mismos y entre sí. El público observa al conjunto simultáneo de movimiento, las imágenes en video expuestas sobre el escenario del Teatro de la Danza.
Hay tanto que el ojo no sabe hacia dónde girar: "Todo el mundo tiene una vida en carne y hueso, todo el mundo tiene una vida virtual", aseguró la directora Adriana Cuéllar, miembro de De Paso Grupo Escénico. "El otro día lo resumí: Proyector es la imagen de cómo nos proyectamos ante un mundo social y virtual; (sea) como seres en colectivo o individualmente".
El montaje, en estreno este viernes 5 de mayo a las 8 p. m., ofrecerá tres funciones. El sábado 6, la presentación será a las 8 p. m. y el domingo 7, a las 6 p. m. Las entradas cuestan ¢5.000 en general y ¢2.500 para estudiantes.
Competencia visual
El diseño del escenario involucra algunos asientos que serán susceptibles a formar parte de la coreografía: " La gente que se siente adentro del escenario va a participar; es un eje bastante importante que le va a dar a la pieza", afirmó la directora.
Mientras tanto, el escenario expone estímulos en competencia: la danza, la acción, el sonido y el video.
"Es un bombardeo de imagénes y de muchas metáforas: cada espectador va a poder hacerse su propia línea del tiempo", precisó Cuéllar. "Tengo un equipo de trabajo de muchas áreas y enriqueció muchísimo la puesta en escena. La gente va a poder sentir varias cosas. Es una saturación de imágenes".
Precisamente el video juega un papel importante en la dinámica. Para Cuéllar, representa esa competencia exacerbada entre los focos de atención de su público.
"Así como la gente ahora tiene cámaras, no tienen privacidad, así como en cualquier lado están siendo observados", afirma la directora, "La obra se basó en 1984 de George Orwell para inspiración. Fue un leitmotiv a nivel de imagen, sociedad, este ojo eterno del Gran Hermano".
De esa manera, el público de Proyector decidirá su propia perspectiva del montaje, explicó Cuéllar.